jueves, 4 de diciembre de 2008

ADHIF.


LOS FINES DE ADHIF.
---RECUPERAR LA CABAÑA GANADERA EN NUESTRAS MONTAÑAS. PARA ELLO ADHIF SE PROPONE COLABORAR EN TODA INICIATIVA: (QUE LA ADMINITRACIÓN FORESTAL, LOS COTOS DE CAZA, GANADEROS Y PROPIETARIOS DE FINCAS), CUYO FIN SEA LA RECUPERACIÓN DEL USO TRADICIONAL DEL GANADO EN EL MONTE, ASI COMO LAS ESPECIES DE HERBIVOROS SALVAJES. COMO METODO MAS NATURAL Y ECOLOGICO LA LUCHA, CONTRA LOS INCENDIOS FORESTALES.
OTRAS INICIATIVAS DE ADHIF SON.
---COLABORAR CON LOS GANADEROS EN LA RECUPERACIÓN DE LAS VIAS PECUARIAS. ---AYUDAR A LOS AGRICULTORES PARA EVITAR DAÑOS ETC.
---REALIZAR VOLUNTARIADO MEDIOAMBIENTAL, COLABORANDO CON LA CONSELLERIA DE MEDIO AMBIENTE EN LA VIGILANCIA DE INCENDIOS FORESTALES.



Quienes somos.


SOMOS UN GRUPO DE AMIGOS DE ALICANTE, PREOCUPADOS POR LOS INCENDIOS FORESTALES Y POR LA FALTA DE HERBIVOROS EN NUESTROS MONTES.


Si Usted comparte nuestros fines y quiere ser socio, póngase en contacto por correo electrónico.

adhif_@hotmail.com

LA GANADERIA EN SIERRA NEVADA

Este artículo, escrito en mayor parte por Hubert B. Beckmann, parcialmente citamos de la fuente siguiente: una publicación en la Revista Agraria y Ganadera · Mayo-Junio '01, 05/ 2001, Granada, España.

LA GANADERÍA PASTORIL ENSIERRA NEVADA

UNA ACTITUD DE CONSERVACIÓN MEDIOAMBIENTAL
El científico alemán Hubert B. Beckmann proyectó, dirigió y realizó una investigación de los sistemas pastoriles en Sierra Nevada Alta:
"Hemos comprobado que el aprovechamiento trashumante tiene influencias duraderas en la composición de la sociedad vegetal de el terreno de Sierra Nevada Alta. El terreno de investigación Parque Nacional con la biodiversidad más alta del continente Europa.La ganadería de España tiene una historia muy larga. Jugó un papel muy importante en el desarrollo económico del país. Fue más importante que en cualquier otro país de Europa.
Ya en la "época mítica de los tartesos" existe la oveja como animal del uso doméstico. A partir del 625 a.C., en la época celtibérica, las tribus celtas se dedican a la ganadería ovina. El comercio de lana es su principal actividad económica. Igualmente, los romanos se dedican a la exportación de lana peninsular a su capital, Roma. Por fin, los visigodos (a partir del 468 d.C.) empiezan con la trashumancia , integrando zonas lejanas al pastoreo. Así amplían sus rebaños y el rendimiento de la ganadería ovina. Promulgan el fuero juzgo, el primer código de la península Ibérica, para arreglar conflictos que proceden de la trashumancia.
Los árabes en cambio refuerzan a la ganadería caprina. Son agricultores que usan la leche caprina como alimentación adicional, en aquel tiempo nació el queso casero. Además en el tiempo de los Almohades (1147-1269) la tribu de los Benimerinos resulta responsable de la crianza de la raza ovina Merina, que luego fuera la raza principal de la trashumancia. Después de la reconquista la ganadería ovina trashumante vuelve a tomar el papel más importante dentro de la ganadería española. En 1273 d.C. Alfonso XIII convoca a los ganaderos quienes a partir de entonces forman el Honrado Concejo de Mesta. Así nace la primera asociación agraria de Europa. La lana es el producto principal de la nueva España. La exportación de la lana es el mejor ingreso del país, y por eso, hasta el siglo XVI la Mesta goza de la protección de los reyes, influye en la política española. La cantidad de ovejas se multiplica, y en el año 1586 su censo llega a 3.500.000 cabezas. En el 1786 con 3.000.000 reses se registra otro pico. Pero 50 años más tarde, en 1836 la reina María Cristina toma en cuenta la creciente resistencia de los propietarios del terreno contra la ocupación trashumante de sus tierras. Disolvió la Mesta y se integran a todos los ganaderos en la Asociación General de Ganaderos del Reino, que fundamentalmente es una asociación de ganaderos locales y permanentes. Se allanó el camino a una agricultura moderna con parcelas particulares.
Quienes estén más interesados por la historia de la ganadería tradicional, les recomiendo a ángel García y Vicente Martínez en La Ganadería en España (1988).
LA GANADERíA TRASHUMANTE DEL SIGLO XXI
Tanto la ganadería como la agricultura han pasado por un largo proceso de modernización, y hoy en día nos encontramos por lo general ante una ganadería intensiva que sustituye a la ganadería trashumante. Este proceso de transformación va desde la fuente principal de ingresos del país hasta una explotación marginal. La propiedad de los rebaños ovinos pasa a los propios pastores, y los caminos reales tradicionalmente recorridos se ven hoy día cortados por cultivos agrícolas, por carreteras públicas, o por lugares habitados.
La sociedad moderna impone su estampa. Por lo general ya no existen los pastores que cada año caminan con su rebaño por las cañadas, cordeles o veredas. El pastor moderno traslada su rebaño en los camiones. Así ni daña a los cultivos al lado del camino real ni tiene que entrar en el fatigoso trabajo trashumante con sus pernoctaciones al raso.
Pero existen todavía excepciones: Algunos pastores siguen su camino anual con el que aprovechan el pasto de diferentes zonas. El Proyecto 2001, que se financia por la empresa alemana de DaimlerChrysler, quiere recuperar esta actividad vistiéndola con el traje del turismo rural. Se cuenta con el romanticismo de los turistas quienes en sus vacaciones quieren sentirse como un pastor del siglo XVIII. En los últimos años se ha iniciado el paso de hasta 2.000 ovejas por la Puerta del Sol en Madrid, para alertar internacionalmente estas ideas.
A parte de los esfuerzos para mantener las cañadas reales como patrimonio cultural hay que puntuar que la trashumancia todavía juega su papel como uso más importante de las montañas mediterráneas. Desde los especialistas en el entorno de la ganadería hasta los biólogos de la UNESCO reconocen que el pastoreo es una actividad esencial de la conservación de pastizales que por lo general ya se protege con la figura de Parque Natural o Parque Nacional. Tanto el ganado como la vegetación forman partes inseparables de los sistemas pastoriles. Se ha estudiado el valor nutritivo de la masa forrajera en estas montañas, es decir, los beneficios para el ganado de estas tierras, pero todavía no se ha reconocido definitivamente que influencias tiene el ganado en la abundancia y en la conservación de las especies y de la biodiversidad de los pastizales. (Beckmann, 2001)"
AL PROYECTO:EL PASTOREO ESTIVAL EN SIERRA NEVADA yESTUDIAR SU SIGNIFICADO
Sierra Nevada Alta posee una densidad de especies, que para Europa es muy elevado: 1.700 especies vegetales diferentes en una superficie de 1.690 km². El alemán Hubert Bernhard Beckmann (M.sc.agr) inició investigar los sistemas pastoriles de Sierra Nevada Alta en los años 1994 y 1995. En consecutivo acabó en 1998 su segunda carrera universitaria bajo la dirección de Prof. Samuel C. Jutzi, actual director del departamento "Animal Production and Health Division" de la FAO, Roma. Con la ayuda de Sr. Jutzi llevó adelante la idea de un proyecto, que iba a estudiar las influencias que tiene el pastoreo sobre la vegetación y su bio-diversidad, es decir, al fin y al cabo, que influye en la conservación de la flora silvestre. Entonces en enero de 2000 Mr. Beckmann fue por propia cuenta a un seminario de bioestadística en la University of South Bohemia, Faculty of Biological Sciences, en hescé Budjovice, Republica Checa bajo la dirección de Dr. Jan Suspa Lepš y de Prof.Dr. Petr Šmilaur. Se preparó al contenido del proyecto.
Una asociación agraria de Granada tomaba la posibilidad de "aprovecharse del manejo monetario" de este proyecto I + D. La Estación Experimental del Zaidín, CSIC, Granada dejaba al científico responsable, D. Sr. Hubert Beckmann un despacho pequeño para realizar su trabajo cient&iactue;fico, y un científico contratado para las primeras correcciones ortográficos del trabajo fin del proyecto. En consecutivo, aquel trabajo final retocaban preliminarmente Dna. Sra. Lourdes Rodilla Lara, y finalmente Dna. Dra. Esperanza Campos Fernández.
El proyecto, que se lleva por el título: La evaluación de los pastos oromediterráneos (de la zona alta montaña) del Parque Nacional Sierra Nevada en relación con su aprovechamiento por la ganadería. Está guardado en los archivos de la Consejería de Agricultura y Pesca, Sevilla.
La pregunta científica, que este proyecto se ha planteado resolver, fue lo siguiente:Relacionado con otros factores, ¿cuáles son las influencias del uso pastoril en la composición de la vegetación en la Alta Montaña ?
Un ganadero de Güejar Sierra Granada puso a disposición sus praderas arrendadas como campo de estudio en Sierra Nevada Alta: la Dehesa de la Hoya. Además es propietario de la honrada crianza de lidia Rodríguez Balderas que aprovecha los pastizales por su ganado vacuno. A parte, ya desde hace más que 40 años los hermanos Joaquín y Antonio Góngora Martínez del campo de Nijar, Cabo de Gata, vienen a estas tierras con sus ovejas y cabras. En el año 1939 el primer camino trashumante Nijar-Sierra Nevada llevó a su padre unos 14 días. Hoy día, Joaquín y Antonio aprovechan el camión que recorre esta distancia. Sólo el último trozo desde el Jerez del Marquesado, Granada hasta los 2.000 m de altura de la Dehesa de la Hoya lo realizan a pie.
Con estos pastores y rebaños se va a realizar un estudio que tiende a solucionar los siguientes aspectos:
- respecto a la vegetación:
- el pastoreo tiene influencias sobre la vegetación;
- la carga animal está adaptada a los pastos y no tiene influencias degradantes;
- respecto al ganado:
- el pastoreo trashumante de ovejas está adaptado al ecosistema y desempeña su papel para la conservación;
- el ganado vacuno prefiere los pastizales nevadenses como área de pastoreo, la vegetación forrajera satisface las necesidades forrajeras del ganado.
Tomando en cuenta las condiciones limitadas en la realización de los estudios en el campo se ha comprobado que el resultado conseguido por el alemán Hubert B. Beckmann se evaluara como óptimo. Aún con un 16.510 € más de subvención no hubiera sido posible mejorar notablemente aquel resultado.
Se prevé publicar un mapa de la Dehesa de la Hoya que incluya los resultados del estudio. Para más informaciones sobre este trabajo, le recomendamos que consulte la página web "http://www.hbb-consult.com/hbb-home.htm".

sobre el estudio: página de investigación la Dehesa de la Hoyala vegetación pastorillos animales de pastoreo
HBB-Consult 1999 - 2007
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EL PASTOREO EN EL SIGLO XXI


A. San Miguel.- El pastoreo en la ordenación de los montes españoles del siglo XXI III Congreso Forestal Nacional. Granada 2001. 1 El pastoreo en la ordenación de los montes españoles del siglo XXI
Alfonso San Miguel Ayanz
Universidad Politécnica de Madrid.- E.T.S. Ingenieros de Montes.

RESUMEN
El pastoreo de la ganadería extensiva y la caza es un aprovechamiento genuinamente forestal que afecta a más de un 80% de la superficie de los montes españoles y tiene una enorme importancia ecológica, económica y social; importancia que previsiblemente se mantendrá o aumentará en el futuro. El pastoreo es necesario para la persistencia de gran parte de nuestros sistemas pastorales y silvopastorales, y también para el desarrollo rural sostenido; por ello es imprescindible garantizar que se lleva a cabo de una forma racional y sustentable. Sin embargo, la situación actual no es aceptable. Debido a una mala política agraria y a una compleja situación económica y social, la carga ganadera que soportan los montes españoles es la más alta de su historia, está mal repartida y ha sufrido bruscos cambios en sus especies, estructura y gestión. Esos cambios desvinculan cada vez más la producción ganadera y cinegética de las características del medio natural y plantean serios problemas de estabilidad y persistencia en buena parte de nuestros sistemas forestales. Por ello, es necesario abordar decidida y urgentemente el problema de la ordenación del pastoreo en los montes. Debe haber una mejor comunicación entre profesionales agrarios y científicos, y también entre éstos y políticos. La alimentación de la ganadería extensiva debe basarse en los pastos naturales, reduciendo la suplementación al mínimo necesario y vinculando las ayudas económicas a la calidad de la gestión, no al número de cabezas. Para finalizar, es urgente abordar la elaboración de Instrucciones de Ordenación del Pastoreo en los montes y el estudio de Indicadores de Calidad de la gestión pastoral.
Palabras Clave: ordenación de pastos forestales, ganadería extensiva, sistemas agroforestales.

INTRODUCCIÓN
Aunque, desde los puntos de vista etimológico y legal, forestal es todo lo de “fuera”: lo no agrícola o urbano-industrial, es habitual que ese calificativo se asocie a selvicultura y bosques con aprovechamiento maderable. Sin embargo, la gran variedad de condiciones ecológicas existente en España, su carácter de nexo entre dos continentes y su larguísima historia, permiten, afortunadamente, que nuestros sistemas forestales no sean sólo bosques; que disfrutemos de una amplísima diversidad tipológica y estructural de sistemas forestales en los que, obviamente, hay aprovechamientos maderables, pero también de otros muchos tipos: pastoral, cinegético, piscícola, apícola, de resinas, corcho, hongos, aceites esenciales, recreo y un largo etcétera, que con frecuencia son más importantes que el maderable. A uno de esos aprovechamientos, el pastoral, está dedicada esta ponencia, que pretende reivindicar el carácter forestal del pastoreo en los montes, describir su papel actual y su previsible futuro en España, analizar la problemática existente y exponer algunas ideas y propuestas para abordar su ordenación.
CARÁCTER FORESTAL DEL APROVE-CHAMIENTO PASTORAL DE LOS MONTES
El aprovechamiento de los pastos de los montes por la ganadería extensiva y la caza tiene un carácter tan genuinamente forestal como el de la madera, el corcho o las resinas. Por consiguiente, debe ser contemplado y respetado como tal, y puede y debe estar sujeto a similares procedimientos de ordenación. De entre sus características esenciales, podemos destacar las siguientes (SAN MIGUEL, 2001):
a) Los sistemas pastorales y silvopastorales son diversos y complejos. Sus componentes, vegetales y animales, están sometidos a múltiples interacciones que dan lugar a una intensa dinámica de cambio intra- e interanual. Por ello, los gestores forestales no pueden centrarse en el comportamiento de las

A. San Miguel.- El pastoreo en la ordenación de los montes españoles del siglo XXI III Congreso Forestal Nacional. Granada 2001. 1 El pastoreo en la ordenación de los montes españoles del siglo XXI
Alfonso San Miguel Ayanz
Universidad Politécnica de Madrid.- E.T.S. Ingenieros de Montes
Ciudad Universitaria s/n. 28040 Madrid e.mail: asanmiguel@montes.upm.es
RESUMEN
El pastoreo de la ganadería extensiva y la caza es un aprovechamiento genuinamente forestal que afecta a más de un 80% de la superficie de los montes españoles y tiene una enorme importancia ecológica, económica y social; importancia que previsiblemente se mantendrá o aumentará en el futuro. El pastoreo es necesario para la persistencia de gran parte de nuestros sistemas pastorales y silvopastorales, y también para el desarrollo rural sostenido; por ello es imprescindible garantizar que se lleva a cabo de una forma racional y sustentable. Sin embargo, la situación actual no es aceptable. Debido a una mala política agraria y a una compleja situación económica y social, la carga ganadera que soportan los montes españoles es la más alta de su historia, está mal repartida y ha sufrido bruscos cambios en sus especies, estructura y gestión. Esos cambios desvinculan cada vez más la producción ganadera y cinegética de las características del medio natural y plantean serios problemas de estabilidad y persistencia en buena parte de nuestros sistemas forestales. Por ello, es necesario abordar decidida y urgentemente el problema de la ordenación del pastoreo en los montes. Debe haber una mejor comunicación entre profesionales agrarios y científicos, y también entre éstos y políticos. La alimentación de la ganadería extensiva debe basarse en los pastos naturales, reduciendo la suplementación al mínimo necesario y vinculando las ayudas económicas a la calidad de la gestión, no al número de cabezas. Para finalizar, es urgente abordar la elaboración de Instrucciones de Ordenación del Pastoreo en los montes y el estudio de Indicadores de Calidad de la gestión pastoral.
Palabras Clave: ordenación de pastos forestales, ganadería extensiva, sistemas agroforestales.

INTRODUCCIÓN
Aunque, desde los puntos de vista etimológico y legal, forestal es todo lo de “fuera”: lo no agrícola o urbano-industrial, es habitual que ese calificativo se asocie a selvicultura y bosques con aprovechamiento maderable. Sin embargo, la gran variedad de condiciones ecológicas existente en España, su carácter de nexo entre dos continentes y su larguísima historia, permiten, afortunadamente, que nuestros sistemas forestales no sean sólo bosques; que disfrutemos de una amplísima diversidad tipológica y estructural de sistemas forestales en los que, obviamente, hay aprovechamientos maderables, pero también de otros muchos tipos: pastoral, cinegético, piscícola, apícola, de resinas, corcho, hongos, aceites esenciales, recreo y un largo etcétera, que con frecuencia son más importantes que el maderable. A uno de esos aprovechamientos, el pastoral, está dedicada esta ponencia, que pretende reivindicar el carácter forestal del pastoreo en los montes, describir su papel actual y su previsible futuro en España, analizar la problemática existente y exponer algunas ideas y propuestas para abordar su ordenación.
CARÁCTER FORESTAL DEL APROVE-CHAMIENTO PASTORAL DE LOS MONTES
El aprovechamiento de los pastos de los montes por la ganadería extensiva y la caza tiene un carácter tan genuinamente forestal como el de la madera, el corcho o las resinas. Por consiguiente, debe ser contemplado y respetado como tal, y puede y debe estar sujeto a similares procedimientos de ordenación. De entre sus características esenciales, podemos destacar las siguientes (SAN MIGUEL, 2001):
a) Los sistemas pastorales y silvopastorales son diversos y complejos. Sus componentes, vegetales y animales, están sometidos a múltiples interacciones que dan lugar a una intensa dinámica de cambio intra- e interanual. Por ello, los gestores forestales no pueden centrarse en el comportamiento de las

1 A. San Miguel.- El pastoreo en la ordenación de los montes españoles del siglo XXI III Congreso Forestal Nacional. Granada 2001. 2
principales especies que los componen: manejan comunidades, sistemas, no individuos juntos. Por ese mismo motivo hay que trabajar siempre con amplios márgenes de confianza: los cálculos muy precisos son difíciles y costosos de hacer, no suelen ser ciertos (la situación sufre bruscos cambios en el espacio y el tiempo) y pueden conducir a graves problemas, tanto ambientales como económicos.
b) Aunque generalmente no constituyen la vegetación potencial del territorio, los pastos forestales están estabilizados por su propio aprovechamiento y, en ese sentido, son comunidades más o menos estables y estabilizadoras (ZULUETA & ALLUÉ, 1984). Por ello, deben ser contemplados no son sólo como sistemas productivos; siempre son susceptibles de uso múltiple y muy frecuentemente, y cada vez más, los servicios o beneficios indirectos que proporcionan son más importantes que sus producciones directas. Cada día es más evidente, tanto para científicos y técnicos como para los políticos, que en la mayoría de las áreas rurales los pastos forestales resultan esenciales no sólo para la estabilización del medio natural, sino también para el desarrollo armónico de las poblaciones humanas, que están y deben estar íntimamente integradas en él.

c) Como sucede en la mayor parte de los sistemas forestales, el aprovechamiento de los productos conlleva, además, la regeneración del sistema: el producto – en este caso el ganado o la caza - es la principal herramienta de perpetuación del pasto. El pastoreo permite aprovechar los recursos pastables pero, sobre todo, constituye su principal garantía de persistencia. No hay pasto sin ganado. El ganado crea y perpetúa los pastos forestales.
d) La técnica forestal de aprovechamiento de los pastos es extensiva. Ni puede ni debe requerir fuertes inversiones de energía o materiales. Como destaca MONTSERRAT (1999), se debe caracterizar por su eficiencia, por aprovechar todos los recursos y servicios sin generar casi residuos. La agrícola, por el contrario, apuesta por la potencia, que permite generar mayores cantidades de recursos, pero a costa de mayores entradas de materia y energía (en parte despilfarradas) con el inconveniente de producir mayor contaminación. A pesar de ello, los pastos forestales no suelen ser autosuficientes para la alimentación del ganado y dependen, por ello, en cierta medida, de los agrícolas.
e) El pasto, como producto, no vale nada hasta que se lo come el ganado o la caza y lo transforma en algo útil y vendible. En los pastos agrícolas, es habitual utilizar toda o casi toda la producción neta; en los forestales, por problemas de distribución en el tiempo y el espacio, por motivos técnicos, económicos o sociales, suele ser imposible utilizar toda la producción. Es habitual que la carga ganadera sólo llegue a consumir entre un 30 y un 60% de la producción primaria neta (tanto más cuanto mayor es la calidad del pasto); el resto se seca y no llega a ser consumido y, en consecuencia, si lo contemplamos sólo como producto económico, es como si nunca hubiera existido.
f) La calidad nutritiva del pasto varía muy rápidamente. Un pasto de alta palatabilidad y calidad bromatológica puede, al cabo de pocos días, ser tan poco palatable y tener tan baja calidad que el ganado ni lo llega a consumir. Es más, aunque por hambre llegase a hacerlo “ad libitum”, lo normal es que no pudiera satisfacer sus requerimientos de energía – y menos aún de materias nitrogenadas -, y perdiese condición corporal. Por ello es poco riguroso decir que un pasto forestal produce tantas Unidades Forrajeras o que una especie tiene tal contenido en energía o materias nitrogenadas. Todo depende de cuándo y cómo se produce el aprovechamiento, y es habitual que las cifras reales de utilización de materia seca, energía y proteínas sean muy inferiores a las teóricamente medidas por medio de técnicas de corta, pesaje y análisis bromatológico. Esas, si acaso, constituirían algo que podríamos llamar “producción u oferta potencial”.
España según usos del suelo

Dentro de los terrenos forestales, son pastos naturales los prados (no todos) y los pastizales, pero también lo son los eriales a pastos, los espartizales y muchos de los denominados terrenos improductivos por tener escasa cobertura vegetal. Incluso dentro de los montes arbolados, son pastos las comunidades que cubren la mayor parte de los montes abiertos - entre ellos muchas dehesas -, y también lo son los montes leñosos, que proporcionan biomasa vegetal, tanto herbácea como leñosa, al ganado y la caza, principal producto directo de muchos de ellos. Por otra parte, los montes maderables, que sólo ocupan alrededor de un 25% de nuestra superficie forestal, están, en una proporción seguramente superior a 2/3, sometidos al pastoreo del ganado doméstico y la caza, y en consecuencia son también pastos. En conclusión, se puede afirmar que la mayor parte de la superficie forestal española (más de un 80%) tiene una cubierta vegetal que puede ser calificada estrictamente de pasto, que nuestros montes son mucho más pastos que bosques maderables. Creemos que con ello queda demostrada la importancia de los pastos dentro de la superficie forestal española.
IMPORTANCIA ECONÓMICA Y SOCIAL DEL PASTOREO EN LOS MONTES
El pastoreo desempeña un papel económico y social de primera magnitud en España. (Buxadé, 1996). Además, a pesar de la reducción de empleo en el sector primario y del carácter cada vez más urbano y tecnificado de la sociedad - o precisamente por ello - es previsible que lo siga haciendo, incluso con mayor intensidad, en un futuro próximo. Para justificarlo, expondremos algunos datos e ideas que consideramos de interés.
La ganadería extensiva y la caza son el primer producto directo, en términos económicos, de la mayor parte de los montes españoles, y muy especialmente de los mediterráneos. Además, dada la globalización de la economía mundial, las perspectivas de ampliación de la Unión Europea y las espectativas de modificación de la Política Agraria Común, es previsible que esa situación se mantenga o incremente en un futuro próximo.
La ganadería extensiva y la caza son actualmente dos de las bases más sólidas de la actividad económica y social en el medio rural, donde no hay muchas más posibilidades productivas. En particular, la caza, que tradicionalmente ha sido contemplada como una actividad de recreo, ha adquirido una enorme importancia socioeconómica, tanto directamente como, de forma indirecta, a través de las actividades que genera. Por otra parte, ambos aprovechamientos afectan a un enorme colectivo de pequeñas explotaciones, que con frecuencia son de carácter familiar. Por ello, y por ser el desarrollo rural sostenido y la conservación del medio natural dos de los
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principales objetivos de la Política Agraria Común, es previsible que la importancia del pastoreo en los montes se mantenga o incremente en un futuro próximo.
La situación planteada por el incremento en la demanda de calidad de los productos ganaderos (p.ej.: crisis de las vacas locas), las fluctuaciones en las ayudas económicas concedidas a las actividades ganaderas y la liberalización de los precios, entre otras razones, confieren una importancia creciente a la ganadería extensiva de calidad, tanto sanitaria como ambiental. Es previsible que se tienda, cada vez más, a generar productos de calidad contrastada (p.ej. con denominación de origen) obtenidos por medio del aprovechamiento racional y sostenido de los recursos naturales y con unos costes competitivos, lo que encaja plenamente con el aprovechamiento ordenado de los pastos forestales.
El carácter cada vez más urbano y tecnificado de la sociedad conduce a una demanda creciente de servicios de los montes (paisaje, recreo, estabilidad, biodiversidad) y a una mayor exigencia de calidad ambiental. Como se justificará en el siguiente apartado, tanto la ganadería extensiva como la caza mayor son no solamente compatibles con esa situación, sino necesarias para conseguir resolverla con éxito.
Para finalizar, es conveniente recordar que la ganadería extensiva y los sistemas pastorales son el resultado de la coevolución de las comunidades humanas y el medio natural durante milenios. Por ello, atesoran un valiosísimo acervo cultural que es necesario estudiar y conservar, porque se ha transmitido de generación en generación de forma oral y se está perdiendo con la desaparición de los últimos ganaderos tradicionales.
LA CABAÑA GANADERA ESPAÑOLA
La cabaña ganadera española es, en la actualidad (M.A.P.A., 1999; ORTUÑO & HERRÁIZ, 1999), la mayor de toda nuestra historia, y ha sufrido, con respecto a la tradicional, bruscas variaciones en sus especies, estructura y sistemas de gestión en las últimas décadas.
El bovino, tradicionalmente utilizado en los montes como ganado de tiro, ha pasado a ser la especie más importante en nuestra ganadería extensiva, sustituyendo al ovino porque no necesita pastor y por el mayor atractivo de las subvenciones que le afectan. No obstante, está menos adaptado a las características de la mayoría de nuestros pastos forestales, depende más de la suplementación, posee un carácter más ramoneador y provoca impactos de mucha mayor entidad en nuestros montes. Por otra parte, el bovino lechero, más dependiente de la actividad agrícola, ha sido sustituido en buena parte por el de aptitud cárnica. La consecuencia es que buena parte de los 6 millones de cabezas de bovino que actualmente hay en España dependen de los montes para su alimentación y estancia.
El ovino, tradicionalmente más importante en los montes españoles por su mejor adaptación a las condiciones de nuestros pastos, ha perdido relevancia frente al bovino, sobre todo por la escasez de pastores. Sin embargo, posee una cabaña próxima a los 23 millones de cabezas, lo que la mantiene en los mayores valores de su historia. No obstante, como sucede con el bovino, aunque permanece en los montes, ha reducido su dependencia de los pastos forestales para su alimentación.
El ganado porcino ha sufrido un incremento espectacular en las últimas décadas, aunque la mayor parte de él corresponde a explotaciones intensivas. Sin embargo, la erradicación de la peste porcina africana, el incremento en la demanda de productos ganaderos de calidad y la buena coyuntura de precios han conducido a que la cabaña de porcino ibérico extensivo haya alcanzado también los mayores valores de su historia. De hecho, es imposible que la nuestra actual superficie de dehesas fruteras sea capaz de alimentar en montanera a la cabaña de primales ibéricos disponible.
El ganado equino, que sufrió una brusca reducción de sus efectivos durante los periodos de tecnificación y mejora económica y social del pasado siglo, mantiene su cabaña en unos niveles mínimos y, aunque podría desempeñar un papel esencial en la mejora de los pastos de nuestros montes y la prevención de incendios, no llega a hacerlo por la escasa demanda que tienen sus productos. 4
Para finalizar, analizaremos muy brevemente la situación de la cabaña de especies silvestres de interés cinegético. En lo que se refiere a la caza mayor, es obligado poner de manifiesto el espectacular incremento que han sufrido las poblaciones de todas sus especies durante la últimas décadas, lo que llega a plantear considerables problemas de estabilidad en algunos sistemas forestales (SAN MIGUEL et al., 1996). Con respecto a la caza menor, la especie que más depende de los pastos forestales
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es el conejo, cuyas poblaciones han sufrido una drástica reducción durante las últimas décadas como consecuencia de las enfermedades y la intensa presión de predadores a las que están sometidas. Ello plantea no sólo un grave problema para los cazadores, sino también una catástrofe para algunas de nuestras especies faunísticas más amenazadas, como el lince ibérico y el águila imperial, y una alteración esencial en las cadenas tróficas de la mayoría de nuestros ecosistemas.
IMPORTANCIA AMBIENTAL DEL PASTOREO EN LOS MONTES
Si grande es la importancia superficial, económica y social del aprovechamiento de los pastos forestales, se puede afirmar con seguridad que su contribución ambiental es todavía superior. Por ello, aunque resulta imposible tratar de resumir aquí la enorme transcendencia ecológica de la actividad pastoral forestal, trataremos de destacar, de forma esquemática, algunos de los aspectos que consideramos más relevantes en ese sentido.
En apartados anteriores se ha afirmado que los pastos forestales españoles son el resultado de un larguísimo proceso de coevolución del hombre, el ganado y las comunidades vegetales. El primer resultado visible de ese proceso ha sido el modelado del paisaje: su división en teselas con distinta estructura y función en las que, por selección natural y cultural, muy poco se debe al azar; cada detalle tiene explicación. La tiene el aspecto del paisaje; el reparto de las teselas (arbolado denso, arbolado ralo, matorral, pastos herbáceos, cultivos); la presencia, distribución y forma del arbolado en los sistemas silvopastorales y otros muchos aspectos. En consecuencia, en un país de tan larga historia como España, la estructura del paisaje se puede explicar en gran medida por las características del medio natural y por la historia. Por ello, teniendo en cuenta el gran peso que la ganadería ha tenido y tiene en nuestra historia (KLEIN, 1979; BAUER, 1980; MONTSERRAT & FILLAT, 1990), podemos afirmar con seguridad que la actividad pastoral ha creado y perpetúa los paisajes de una inmensa proporción de la superficie española y es, en consecuencia, necesaria para conservarlos. La actividad pastoral eficiente y racional es una potente herramienta de conservación de paisajes y de desarrollo rural sostenido.
A una escala de mayor detalle, podemos afirmar que el ganado introduce heterogeneidad en cada una de las teselas que constituyen los paisajes. Sus querencias y caminos, sus diversos efectos sobre las distintas comunidades vegetales, su alteración física del suelo, e incluso sus deyecciones crean diversidad estructural, y ello se traduce en diversidad biológica. La presencia de múltiples microteselas en diferentes estadíos de evolución (sucesión ecológica) y los correspondientes ecotonos existentes entre ellas favorecen lo que en ecología se denomina una alta diversidad β. A ella habría que añadir la diversidad interna de cada una de las microteselas (α), que alcanza sus niveles más altos bajo un grado moderado de perturbaciones, en este caso pastoreo. El resultado final es que el pastoreo extensivo, moderado y racional, no sólo permite convertir en bienes económicos los recursos naturales, sino que incrementa y perpetúa la diversidad biológica.
Ya a escala de comunidad vegetal, la actividad pastoral también determina la estructura y composición de los pastos. La vegetación leñosa está muy poco o nada adaptada al pastoreo. Por ello, cuando éste es intenso y continuado, primero deja de regenerarse, luego se degrada y finalmente termina por desaparecer, incluso las especies menos apetecibles (Figura 1). De hecho, la colonización de un terreno por vegetación leñosa se considera uno de los síntomas más claros de infrapastoreo, y su ausencia, de pastoreo intenso. A la herbácea le sucede todo lo contrario: las especies más apetecidas, por el simple hecho de serlo, han sufrido, durante milenios, un proceso de selección natural que ha favorecido a las que han desarrollado aspectos morfológicos o fisiológicos que le permiten resistir el pastoreo y regenerarse bajo él. Los portes rastreros, rizomas, estolones, bulbos, meristemos basales de crecimiento son buenos ejemplos de lo descrito. La consecuencia es lo que se denomina “paradoja pastoral”: bajo un pastoreo no excesivamente intenso, las especies más apetecidas tienden a aumentar de abundancia y, por consiguiente, el pasto incrementa su cobertura y mejora su producción en cantidad y calidad. En ese sentido, se puede afirmar con rotundidad que los mejores pastos son los que ha creado el ganado por medio de pastoreo intenso y continuado; en España, los prados de Cynosurion en zonas húmedas y los majadales de Poetalia en ambientes
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mediterráneos. El infrapastoreo o la ausencia de ganado provocan primero un embastecimiento de la hierba (GARCÍA et al., 1998; FANLO et al., 2000) y, posteriormente, una evolución hacia la vegetación leñosa por sucesión natural.
Pero los efectos del ganado sobre los pastos no se detienen a escala de comunidad; afectan también a las especies y fomentan la existencia de diversidad genética. De hecho, la selección de las especies vegetales que durante milenios ha llevado a cabo el ganado en los mejores pastos ha permitido la existencia de ecotipos y variedades de plantas perfectamente adaptados a desempeñar su función; ecotipos y variedades que poseen un enorme valor pastoral. El Prof. MONTSERRAT ha destacado reiteradamente su existencia en pastos tan antiguos y señalados como los rasos de Urbasa (Navarra), los puertos de Ansó y Hecho (Huesca) o los majadales del Valle de Alcudia (Ciudad Real), donde hay evidencias de actividad pastoral desde por lo menos el Neolítico. Ramoneo escaso o nuloHay regeneraciónBuen estado vegetativoRamoneo apreciableSin regeneraciónBuen estado vegetativoRamoneo intensoProblemas vegetativosRamoneo muy intensoFuerte degradaciónDesaparición de especiesFigura 1.- Efectos del ramoneo sobre la vegetación leñosa, en este caso arbustiva.
Otros efectos ecológicos de la actividad pastoral que creemos conveniente destacar aquí son los siguientes:
􀂃 Aceleración de los ciclos de nutrientes e incremento paralelo en la eficiencia del uso de la fertilidad del suelo (SNAYDON, 1987; ESCUDERO, 1992). Procesos tan importantes como la descomposición física de la materia orgánica, su humificación y mineralización son mucho más rápidos en un mismo sistema bajo la actividad pastoral que sin ella, y ello permite volver a utilizar sus nutrientes con más velocidad y, por consiguiente, impedir su pérdida o inmovilización y aprovecharlos con mayor eficiencia.
􀂃 Aumento en la actividad biológica sobre y en el suelo de los pastos. La actividad pastoral permite y fomenta la existencia de una notable actividad biológica tanto sobre el suelo como en su propio interior. La presencia y abundancia de meso- y microorganismos detritívoros e, incluso, micorrizas y otros hongos simbióticos, que contribuyen muy activamente a acelerar los ciclos de nutrientes y generar fertilidad, parece depender en gran medida de la actividad del ganado.
􀂃 El ganado contribuye al transporte y distribución de la fertilidad contenida en los alimentos que ingiere, y lo suele hacer en contra de la fuerza de gravedad, concentrándola en las zonas altas donde suelen ubicarse sus querencias naturales. Ese aspecto ha sido conocido y utilizado por las culturas pastorales desde tiempos inmemoriales para fertilizar sus pastos y terrenos agrícolas, dando lugar a la práctica del redileo, que será descrita con profundidad posteriormente.
􀂃 Del mismo modo, el ganado contribuye a la dispersión de muchas especies vegetales, tanto transportándolas y escarificándolas en el interior de su aparato digestivo (endozoocoria) como en el exterior de su cuerpo (ectozoocoria)(HERRERA, 2001). Esa dispersión se realiza a veces a distancias muy considerables, de cientos de kilómetros.
􀂃 Una faceta especial del efecto descrito anteriormente es la relación del pastoreo con la existencia de especies vegetales amenazadas. Es verdad que el pastoreo puede contribuir a la desaparición de especies vegetales amenazadas, sobre todo cuando las cargas son altas y las especies, muy escasas; pero también lo es que no siempre sucede así. Numerosos estudios realizados sobre el particular, tanto en

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España como en otros países, ponen de manifiesto que hay muchas especies vegetales amenazadas que dependen, en mayor o menor grado, de la actividad ganadera. Por ello, cada caso debe ser estudiado cuidadosamente: tan grave puede ser prohibir el pastoreo como no regularlo.
􀂃 La actividad pastoral también permite la existencia de especies faunísticas, a veces amenazadas, asociadas a la misma. Probablemente los ejemplos más destacables sean los de los buitres negro y leonado, el águila imperial (relativamente necrófaga, por la escasez de conejos) y el lobo ibérico, aunque hay otras muchos con muy diversos grados de dependencia. En el caso de los primeros, por ejemplo, la dependencia es tan intensa que la prohibición de dejar al ganado muerto en el monte que ha provocado la encefalopatía espongiforme bovina puede provocar problemas muy serios de conservación de ambas.
􀂃 Otra manifestación de la importancia de la actividad pastoral en el mantenimiento de un valiosísimo banco de recursos genéticos, es su contribución a la conservación de las razas ganaderas autóctonas; razas seleccionadas durante siglos por las culturas ganaderas para producir de forma eficiente y casi autónoma en las difíciles condiciones de nuestros montes. El previsible incremento en la demanda de calidad de los productos ganaderos y la importancia creciente de su actividad para conservar los paisajes y sistemas silvopastorales tradicionales permite augurar un valor cada vez mayor de nuestras razas ganaderas autóctonas.
􀂃 Gracias a la presión selectiva a la que antes hicimos referencia, el ganado puede contribuir a eliminar el combustible existente en los montes y, por consiguiente, a reducir el riesgo de incendio, sobre todo si su actuación se produce no sobre la vegetación arbustiva adulta, sino sobre el rebrote inducido tras un tratamiento previo de desbroce mecánico. De hecho, en algunas Comunidades Autónomas (por ejemplo, Valencia) ya se está subvencionando, y con éxito, el pastoreo intenso, preferentemente con ganado caprino, para la conservación de la red cortafuegos. Desde el punto de vista negativo, también se puede afirmar que muchos incendios forestales intencionados tienen un origen pastoral más o menos claro.

PROBLEMÁTICA ACTUAL
Como se puede comprender, la magnitud de la cabaña ganadera española, la diversidad y complejidad de situaciones relacionadas con el aprovechamiento de los pastos forestales y la cambiante situación económica y social dan lugar a una intensa y variada problemática, cuyos aspectos más relacionados con la gestión forestal trataremos de destacar a continuación. 7
Probablemente el primero de ellos sea, precisamente, el derivado de la gran carga ganadera que soportan nuestros montes, carga que previsiblemente aumentará por el apoyo diferencial que es probable que reciba la ganadería extensiva frente a la intensiva como consecuencia de la crisis de las vacas locas y la evolución de la Política Agraria Común. Por otra parte, esa carga no sólo es alta, sino que está mal repartida, y así, mientras amplias zonas de nuestra superficie forestal presentan problemas derivados del infrapastoreo – sobre todo las más alejadas de los nucleos urbanos y las vías de comunicación, como los puertos pirenaicos –, otras soportan cargas manifiestamente insostenibles que plantean graves problemas de estabilidad y degradación ambiental. Las causas de esa situación hay que buscarlas, en buena medida, en la nefasta política de subvenciones agrarias que, partiendo de unos planteamientos generales aceptables, se aplica de una forma descoordinada y poco racional. Como ejemplo, basta mencionar que en España se considera ganadería extensiva, susceptible de recibir subvención, a toda aquella que no supera 1,4 UGM/ha, cifra que con dificultad sustentan nuestros mejores pastos naturales eurosiberianos, lo que implica que en España es habitual subvencionar la degradación de los pastos naturales. Otros ejemplos pueden ser las subvenciones que apoyan actividades de efectos contrarios o la falta de coordinación, en ese sentido, entre las políticas agraria y medioambiental. Esa situación, que afecta a la generalidad de los ganaderos españoles, y muy especialmente a los dedicados al extensivo - porque las subvenciones constituyen un porcentaje esencial de sus ingresos - ha provocado drásticas modificaciones en la ganadería extensiva tradicional. Probablemente, lo más grave y evidente es su progresiva desvinculación del medio natural: ha habido cambios en las especies ganaderas que responden más a la situación socioeconómica que a las características de los pastos; han cambiado la estructura de los rebaños y sus
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criterios de selección y mejora; es habitual el abuso de la suplementación, tanto en cantidad como en distribución temporal, y, en general, existe una clara pérdida de cultura ganadera que se traduce, entre otras cosas, en una infrautilización de los pastos naturales y una degradación de muchos sistemas pastorales y silvopastorales, como sucede en el caso paradigmático de las dehesas (SAN MIGUEL, 1994).
Sin embargo, también es obligado reconocer que a ese preocupante panorama no ha querido o sabido responder adecuadamente el sector forestal. El aprovechamiento de los pastos forestales no es contemplado todavía por una gran mayoría de profesionales de ese sector – que seguimos pecando de aislamiento frente a otros profesionales relacionados con el monte - como algo propio, algo importante e interesante que requiere y merece una atención similar, por lo menos, a la de otros recursos naturales. Los pastos forestales siguen siendo considerados todavía por el sector como algo de interés secundario. Un claro ejemplo de ese “olvido” es que todavía no hemos sido capaces de sustituir las Normas para la Ordenación del Pastoreo en los montes públicos de NAVARRO (1954) y que se dedica poca atención al control de los aprovechamientos pastorales, la sanción de las frecuentes infracciones relacionadas con ellos y la actualización de las condiciones y precios de arrendamiento de los pastos. Probablemente, parte de esa situación se pueda justificar por el hecho de que muchas decisiones relacionadas con los sistemas pastorales están más condicionadas por aspectos políticos o sociales que por la técnica forestal o la economía; porque, dada la heterogeneidad interna de los sistemas y la variabilidad climática, los cálculos son frecuentemente difíciles (PASSERA et al., 2001) y costosos de realizar y porque, en consecuencia, los parámetros en los que se enmarca la ordenación del pastoreo son más variados, complejos y difusos que los que maneja el selvicultor o el gestor cinegético. Sin embargo, precisamente por ello, y por su relevancia ambiental, consideramos necesario y urgente abordar la situación con un planteamiento firme y decidido.
IDEAS Y PROPUESTAS PARA LA ORDENACIÓN DEL PASTOREO EN LOS MONTES ESPAÑOLES DEL SIGLO XXI
A continuación, y también de forma esquemática, expondremos algunas ideas y propuestas que consideramos interesantes para la ordenación del pastoreo en los montes españoles del siglo XXI.
El aprovechamiento de los pastos forestales por la ganadería extensiva y la caza es no sólo inevitable, sino necesario para la conservación de gran parte de los paisajes y sistemas forestales y agroforestales españoles y para la consecución de un desarrollo rural sostenido. Sin embargo, tanto por razones de estabilidad ambiental, como de sanidad, economía y calidad, es necesario que las explotaciones ganaderas y cinegéticas se adecuen a las características del medio natural y que la alimentación del ganado y la caza se base esencialmente en los pastos naturales: es probable que la suplementación sea necesaria, pero debe reducirse a al mínimo, tanto en cantidad como en distribución estacional.
Es necesario y urgente que las Administraciones del Estado y las Comunidades Autónomas aborden con decisión el problema de la ordenación del pastoreo en los montes. El trabajo debe realizarse con un planteamiento netamente forestal, pero es imprescindible la colaboración de profesionales de todos los sectores implicados en el sistema: forestales, agrónomos, veterinarios, biólogos, economistas, sociólogos, etc. En ese sentido, puede servir de ejemplo y fuente de ideas e información el Proyecto de Cartografía y Evaluación de los Pastos Españoles (FERRER & SAN MIGUEL, 1999) que actualmente desarrolla la Sociedad Española para el Estudio de los Pastos (SEEP) con financiación del INIA y las Comunidades Autónomas. Es probable que hoy se disponga de buena parte de la formación e información necesarias para resolver el problema, pero para hacerlo con eficiencia es imprescindible que técnicos y científicos sean capaces de recoger y asumir la opinión de los sectores sociales implicados y la transmitan, junto con sus propuestas y justificación, a los políticos. 8
Desde el punto de vista técnico y científico es imprescindible estudiar y analizar la situación existente en la actualidad y redactar unas pautas o directrices generales para el aprovechamiento de los pastos forestales. También es urgente abordar la elaboración de unas nuevas Instrucciones para la Ordenación del pastoreo en los montes, algo que por el momento se está llevando a cabo al menos en Andalucía y Castilla-La Mancha. Sin embargo, aunque ordenar es necesario no es suficiente: es imprescindible que las ordenaciones se ejecuten de acuerdo con lo establecido, y también que se lleve a cabo un seguimiento de sus efectos sobre
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los montes. En ese sentido, y al igual que se está haciendo con la selvicultura, es obligado iniciar el estudio de Indicadores objetivos y cuantificables de calidad de la gestión ganadera.
Desde el punto de vista político, muchas decisiones están condicionadas por la coyuntura de los mercados internacionales, la globalización y la situación de la Unión Europea. Sin embargo, consideramos imprescindible definir con precisión el concepto de ganadería extensiva (que obviamente debe estar relacionado con el medio natural) y relacionar la percepción de ayudas no con el número de cabezas sino con la calidad, ambiental y sanitaria, de la explotación.
. Cada día es más evidente, tanto para científicos y técnicos como para los políticos, que en la mayoría de las áreas rurales los pastos forestales resultan esenciales no sólo para la estabilización del medio natural, sino también para el desarrollo armónico de las poblaciones humanas, que están y deben estar íntimamente integradas en él.

c) Como sucede en la mayor parte de los sistemas forestales, el aprovechamiento de los productos conlleva, además, la regeneración del sistema: el producto – en este caso el ganado o la caza - es la principal herramienta de perpetuación del pasto. El pastoreo permite aprovechar los recursos pastables pero, sobre todo, constituye su principal garantía de persistencia. No hay pasto sin ganado. El ganado crea y perpetúa los pastos forestales.
d) La técnica forestal de aprovechamiento de los pastos es extensiva. Ni puede ni debe requerir fuertes inversiones de energía o materiales. Como destaca MONTSERRAT (1999), se debe caracterizar por su eficiencia, por aprovechar todos los recursos y servicios sin generar casi residuos. La agrícola, por el contrario, apuesta por la potencia, que permite generar mayores cantidades de recursos, pero a costa de mayores entradas de materia y energía (en parte despilfarradas) con el inconveniente de producir mayor contaminación. A pesar de ello, los pastos forestales no suelen ser autosuficientes para la alimentación del ganado y dependen, por ello, en cierta medida, de los agrícolas.
e) El pasto, como producto, no vale nada hasta que se lo come el ganado o la caza y lo transforma en algo útil y vendible. En los pastos agrícolas, es habitual utilizar toda o casi toda la producción neta; en los forestales, por problemas de distribución en el tiempo y el espacio, por motivos técnicos, económicos o sociales, suele ser imposible utilizar toda la producción. Es habitual que la carga ganadera sólo llegue a consumir entre un 30 y un 60% de la producción primaria neta (tanto más cuanto mayor es la calidad del pasto); el resto se seca y no llega a ser consumido y, en consecuencia, si lo contemplamos sólo como producto económico, es como si nunca hubiera existido.
f) La calidad nutritiva del pasto varía muy rápidamente. Un pasto de alta palatabilidad y calidad bromatológica puede, al cabo de pocos días, ser tan poco palatable y tener tan baja calidad que el ganado ni lo llega a consumir. Es más, aunque por hambre llegase a hacerlo “ad libitum”, lo normal es que no pudiera satisfacer sus requerimientos de energía – y menos aún de materias nitrogenadas -, y perdiese condición corporal. Por ello es poco riguroso decir que un pasto forestal produce tantas Unidades Forrajeras o que una especie tiene tal contenido en energía o materias nitrogenadas. Todo depende de cuándo y cómo se produce el aprovechamiento, y es habitual que las cifras reales de utilización de materia seca, energía y proteínas sean muy inferiores a las teóricamente medidas por medio de técnicas de corta, pesaje y análisis bromatológico. Esas, si acaso, constituirían algo que podríamos llamar “producción u oferta potencial”.

ÁREA DE LOS PASTOS FORESTALES ESPAÑOLES
Las estadísticas oficiales (M.A.P.A., 1999) recogen la distribución, por usos del suelo, de nuestro territorio que aparece en la Tabla 1.
2 A. San Miguel.- El pastoreo en la ordenación de los montes españoles del siglo XXI III Congreso Forestal Nacional. Granada 2001. 3
Tipo
Usos del suelo
Superficie
(miles de ha)
Superficie
(%)
Tierras de cultivo
Cultivos herbáceos
10590.2
21.0
Barbechos y tierras no ocupadas
3860.6
7.6
Cultivos leñosos
4693.5
9.3
Prados naturales
y pastizales
Prados naturales
1270.8
2.5
Pastizales
5203.9
10.3
Montes arbolados
Monte maderable
7240.9
14.3
Monte abierto
4130.3
8.2
Monte leñoso
5041.9
10.0
Otras superficies
Forestales
Erial a pastos
4028.2
8.0
Espartizal
384.9
0.7
Improductivos
1402.1
2.8
Ríos y lagos
582.7
1.2
Urbano-industrial
Superficie no agrícola
2057.8
4.1
TOTAL
50.487.7
100.0

PASTOREO CONTROLADO


La prevención de incendios forestales
mediante pastoreo controlado: el estado del
arte en Andalucía
Jabier Ruiz-Mirazo, Ana Belén Robles Cruz, Rogelio Jiménez
Piano, José Luis Martínez Moya, José López Quintanilla y José
Luis González Rebollar1

Resumen
En la actualidad nos encontramos con un entorno forestal muy propenso a los incendios, en el que los medios de extinción están alcanzando techos de efectividad. Resulta, por tanto, indispensable incrementar la atención hacia aquellas labores preventivas que colaboren a disminuir los riesgos y a facilitar las tareas de extinción. En tal sentido, viene proponiéndose en diversos foros nacionales e internacionales la integración de actividades planificadas de pastoreo en la prevención de los incendios, como una herramienta complementaria más. El pastoreo controlado en áreas pasto-cortafuegos constituye una práctica agraria sostenible, en la que el ganado colabora a reducir los riesgos de incendio y cumple una función ecológica importante en el monte mediterráneo. Además, su incorporación al conjunto de herramientas de manejo del monte estimula la vigilancia y el interés de la población local por la conservación del mismo, fomentando el trabajo coordinado entre técnicos y ganaderos, lo que refuerza la prevención social de los incendios. Mediante la creación del grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”, integrado por profesionales de distintos sectores, la Junta de Andalucía ensaya desde el año 2005 la utilización del pastoreo como sistema complementario de prevención de incendios. Lo hace en 16 montes de las provincias de Almería, Granada, Málaga y Cádiz, alcanzando una superficie de actuación próxima a las 800 ha. En cada monte se planifican las actividades de pastoreo y se evalúan sus efectos desde un punto de vista técnico y científico. Para estimular la labor de los pastores, formalizar su participación y retribuirla, se ha establecido una remuneración económica ajustada a los compromisos y circunstancias de cada lugar. La puesta en marcha de este sistema de gestión presenta ciertas dificultades y limitaciones, de las que exponemos ejemplos. Esta comunicación, en su parte final, recoge también algunas ideas sobre el futuro de este programa en Andalucía.
Introducción
Los incendios forestales son el problema ambiental que mayor preocupación suscita en la sociedad andaluza, situándose por delante, incluso, de la falta de agua
(IESA/CSIC 2006). En correspondencia con este hecho, es el ámbito que mayor atención e inversión recibe entre las actividades de gestión y conservación de los montes. Los incrementos presupuestarios destinados a ampliar los medios de 1 Miembros del grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”. Contacto: Jabier Ruiz Mirazo Investigador predoctoral. Grupo de Pastos y Sistemas Silvopastorales Mediterráneos.
Estación Experimental del Zaidín, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZ-CSIC) CIFA-IFAPA, Camino de Purchil s/n, E-18080 Granada. España.
Correo-e: jabier.ruiz@eez.csic.es Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros detección y extinción han permitido obtener una notable reducción de la superficie afectada por los incendios en España. Sin embargo, el porcentaje medio de superficie forestal que arde anualmente se aproxima al 0,54 por ciento, una cifra que, siendo sensiblemente inferior a la de otros países de nuestro entorno2, aún está alejada del objetivo del 0,3 por ciento marcado por el vigente Plan Forestal Español.
Hoy en día, cuando la efectividad de los medios de extinción se encuentra próxima a su límite, las posibilidades de continuar reduciendo el impacto de los incendios forestales pasan por la adopción de estrategias preventivas que minimicen los riesgos. El Plan INFOCA de la Junta de Andalucía ha realizado una apuesta en este sentido, destinando el 53,6 por ciento de su presupuesto del año 2007 a tareas preventivas. La prevención de incendios debe conjugar, al menos, dos perspectivas
complementarias. Por un lado, debe ampliarse y mantenerse operativa la red de cortafuegos y áreas cortafuegos. Y por otro, debe impulsarse la prevención social, que colabore a reducir las negligencias y los conflictos socio-económicos subyacentes a la frecuente ocurrencia de incendios. No es ocioso destacar que apenas un cinco por ciento de los incendios tiene un origen natural. Respondiendo a este convencimiento, en multitud de foros nacionales e internacionales se aboga por el empleo del pastoreo en los montes como una herramienta preventiva más (González-Rebollar y otros 1999, Rigueiro y otros 2005)3. El aprovechamiento ganadero del monte reduce la carga de combustibles y disminuye los costes de mantenimiento de áreas cortafuegos, pero sus efectos van mucho más allá. Si tomamos en consideración que las quemas de pastos intencionadas son la principal causa de incendios en el monte (Martínez y Martín 2004), es fácil entender que la incorporación planificada de las actividades ganaderas en la gestión del espacio forestal es una alternativa importante en la prevención social de incendios. De hecho, este sistema corresponsabiliza a las poblaciones locales en la gestión de su propio entorno rural, identificándose como una práctica agraria ambientalmente sostenible; es decir, una actividad muy en consonancia con los actuales objetivos de la Unión Europea. Adicionalmente, el aprovechamiento ganadero es un elemento clave en la revalorización y gestión multifuncional de los montes, y particularmente lo es del monte mediterráneo, que apenas tiene aprovechamiento maderero y se encuentra sumido en un progresivo proceso de abandono. Desde un punto de vista ecológico, la herbivoría intensa está considerada como un elemento propio y muy necesario en los ecosistemas mediterráneos (Perevolotsky y Seligman 1998). La acción de grandes herbívoros gregarios es una dinámica que ha estado presente en la evolución de este medio, provocando multitud de adaptaciones endo y exozoócoras, y relaciones de mutualismo entre plantas y animales (Ramos y otros 2006). El pastoreo en áreas cortafuegos se muestra, por tanto, como una herramienta útil en la prevención de incendios, al tiempo que ofrece externalidades ambientales y sociales muy positivas, lo que lo convierte, en definitiva, en un valioso sistema de gestión del territorio.
2 Pueden consultarse estas estadísticas en http://www.incendiosforestales.org
3 También quedó recogido en las conclusiones del III Forum Mundial de Pastores, que pueden
encontrarse en: http://www.artzainmundua.net
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros


Situación actual en Andalucía
El grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”
La Junta de Andalucía financia, desde el año 2003, la realización de estudios científicos sobre las posibilidades y limitaciones que tiene el uso ganadero de las áreas pasto-cortafuegos. Con la intención de realizar una experiencia más amplia que impulsara este sistema de gestión en Andalucía, en el año 2005 se crea el grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”.
El grupo está constituido por un conjunto diverso de profesionales que participan, desde su ámbito, en el desarrollo de esta propuesta. Entre ellos se encuentran pastores y ganaderos cuyos rebaños aprovechan las áreas pastocortafuegos, técnicos forestales y agentes de medio ambiente con competencias en la gestión y defensa de los espacios naturales, personal especializado en la prevención de incendios de la Empresa de Gestión Medioambiental EGMASA, así como un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La red de áreas pasto-cortafuegos de Andalucía
La Red de Áreas Pasto-Cortafuegos de Andalucía (RAPCA) está formada por un conjunto de cortafuegos y áreas cortafuegos que tienen un mantenimiento basado en un uso ganadero controlado, cuyo resultado está sujeto a un seguimiento técnicocientífico. Se extiende por las provincias de Cádiz, Málaga, Granada y Almería, ubicándose preferentemente en los espacios naturales protegidos de Sierra de las Nieves, Sierra Nevada, Los Alcornocales y Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (fig. 1).
Figura 1—Espacios naturales protegidos en la Red de Áreas Pasto-Cortafuegos
El programa incluye un total de 12 municipios y 16 montes, tanto de propiedad municipal como pertenecientes a la Junta de Andalucía. Para cada monte (o grupo de montes, si es que varios pertenecen a la misma unidad de gestión) se ha seleccionado Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros un pastor (o varios, si trabajan juntos) dispuesto a participar en la experiencia. La superficie de los cortafuegos y áreas cortafuegos bajo pastoreo controlado que están integrados en la RAPCA alcanza un total de 791,4 ha (tabla 1). Tabla 1—La red de áreas pasto-cortafuegos: localización y superficies de pastoreo.
Localidad Montes Superficie de pastoreo
Provincia de Cádiz
Los Barrios La Teja; Mogea Luenga 80,1 ha
Provincia de Málaga
Parauta Las Conejeras y Madroñales; Montes de Parauta 51,0 ha
Ronda Los Quejigales 21,1 ha
Ronda El Peñón y La Parra 69,6 ha
El Burgo La Ventilla 75,7 ha
Yunquera Pinar de Yunquera; Morenas de Briñuelas 60,4 ha
Alcaucín Cortijo del Alcázar 99,8 ha
Salares Sierra y Pinar 59,9 ha
Provincia de Granada
Lanjarón Vertiente Sur de Sierra Nevada 35,1 ha
La Tahá El Coto de la Tahá 52,0 ha
Aldeire Monte del Pueblo de Aldeire 110,2 ha
Guadix Cortijo Conejo y Albarrán 39,7 ha
Provincia de Almería
Laujar de Andarax Sierra Nevada de Laujar 36,8 ha
En cada monte se han valorado las condiciones fisiográficas y de vegetación, sus usos e infraestructuras pastorales, así como la extensión y el estado de conservación de las estructuras de prevención de incendios. Merced a tales criterios, en cada monte se han seleccionado los lugares más adecuados para desarrollar un pastoreo intensivo controlado, delimitándose las zonas de actuación tal y como se muestra en el ejemplo correspondiente al municipio de Laujar de Andarax (fig. 2). Estas zonas demarcadas son, con carácter general, una fracción del conjunto de cortafuegos que contiene el monte. El pastoreo que se planifica en ellas es intensivo, al ser zonas estratégicas en las que la reducción de la carga de combustibles es la prioridad. Sin embargo, las actividades de pastoreo no se limitan a estos espacios. Para que la integración del ganado en la prevención de incendios sea posible y viable, resulta necesario contar con otras zonas de refuerzo, en las que el ganadero encuentre pastos complementarios disponibles. A diferencia de las anteriores, en estas zonas de refuerzo la carga ganadera aplicada debe ajustarse a la capacidad sustentadora del monte, respetando el desarrollo y regeneración de la vegetación. Este uso ganadero del monte crea un gradiente en la intensidad de pastoreo que, idealmente, configura el siguiente mosaico de situaciones: i) Zonas de pastoreo restringido o nulo, en los tramos en regeneración o en las zonas con especies protegidas sensibles a la herbivoría; ii) Zonas de refuerzo, en las que la presión de pastoreo es intermedia; y iii) Zonas estratégicas, con las elevadas cargas ganaderas necesarias para minimizar la carga de combustibles en las estructuras de defensa frente a incendios.
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros
Figura 2—Ejemplo de cartografía de las zonas de pastoreo intensivo y controlado
En todo caso, el mantenimiento de las áreas cortafuegos con ganado no implica
que desaparezcan los desbroces mecánicos en ellas. Las elevadas cargas ganaderas
limitan, pero no detienen, el desarrollo de la vegetación y, por tanto, la acumulación de combustibles. Ello permite distanciar en el tiempo las intervenciones mecánicas, si bien no eliminarlas completamente.
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros
Esta forma de implicar el aprovechamiento ganadero en la gestión integral y preventiva del monte hace recomendable disponer de vallados para concentrar a los animales en las zonas estratégicas, o bien que el ganado sea guiado por un pastor. En el proceso de selección de lugares en los que trabajar, el grupo “Pastores por el monte mediterráneo” ha optado expresamente por la segunda opción, debido a las ventajas que ofrece el contar con los pastores vocacionales más ligados al territorio y comprometidos con la labor preventiva de incendios. A consecuencia de ello, en la RAPCA domina claramente el ganado menor frente al mayor, con un total aproximado de 3260 ovejas y 1940 cabras distribuidas por 15 montes. El ganado vacuno es prácticamente testimonial, con 16 vacas que pastorean uno de los montes.
Dificultades y limitaciones
Este sistema de prevención está ofreciendo resultados sólidos, si bien su puesta en marcha no ha estado exenta de demoras y dificultades. Recogemos aquí algunas de
las más importantes que han ido surgiendo hasta el momento.
En primer lugar, nos encontramos ante un sistema de gestión novedoso en Andalucía, por lo que son muy pocas las experiencias locales anteriores en las que basarse, que se reducen a las desarrolladas, de forma puntual, por los firmantes de
esta comunicación en Granada y Málaga. De hecho, el único modelo que puede tomarse como referente es el francés4, que aporta veinte años de experiencias en la
aplicación de este sistema, pero desde un entorno muy alejado del contexto económico y social andaluz.
El mantenimiento de las áreas cortafuegos con ganado no es una técnica generalizable a todos los montes, sino una herramienta más en los programas de prevención de incendios, pudiéndola utilizar en aquellos lugares que reúnan condiciones apropiadas para ello. Por ejemplo, podría ser contraproducente en lugares donde haya conflictos entre ganaderos, crítica (al menos temporalmente) en zonas objeto de regeneración, positiva o negativa (según se maneje) en zonas con flora protegida, e incluso imposible, si no se dispone de pastores de confianza y de infraestructuras que posibiliten la planificación efectiva de los usos pastorales. Por el momento no ha habido dificultades para encontrar pastores adecuados e interesados en colaborar, si bien se constata que el oficio decrece, mientras proliferan explotaciones cada vez más intensivas y desligadas del territorio. No es frecuente el reemplazo por las generaciones más jóvenes, que no perciben el oficio como una profesión atractiva, tanto laboral como económicamente. En algunos montes no existen las infraestructuras necesarias para el uso ganadero, tales como apriscos y puntos de agua en buenas condiciones o pistas de acceso bien conservadas. En tales casos sólo una apuesta decidida por dotar al monte de estas infraestructuras permitiría incorporar el pastoreo entre las herramientas preventivas. Lo contrario sólo generaría retrasos y dificultades notables para el buen funcionamiento del sistema. El uso que hacen los pastores de los montes ha estado históricamente condicionado a las decisiones tomadas por los gestores forestales, frecuentemente opuestas a las deseadas por el colectivo de ganaderos. Así, aún hoy en día se percibe
4 Puede consultarse una revisión de su trayectoria en el documento disponible en el siguiente sitio web: http://www.edition-cardere.fr/extraits/RCC11.pdf
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros
una falta de entendimiento entre los pastores y los gestores y agentes de medio ambiente, lo que representa una dificultad para el desarrollo de una propuesta como ésta, que obliga al buen entendimiento de unos y otros. Sin embargo, el hecho de que este sistema se esté impulsando desde la Dirección General de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente y de que cuente con la participación de sus gestores forestales y de técnicos especialistas de EGMASA indica que se camina en la buena dirección para la superación de este artificioso conflicto. El trabajar con pastores y ganaderos presenta múltiples connotaciones positivas (como ya se ha destacado anteriormente), pero es una dificultad inherente a este sistema de prevención. Los pastores optimizan su gestión ganadera, de tal forma que es frecuente que dejen pastar a los animales libremente (con el ahorro de costes de personal que conlleva) o que eviten acudir a lugares alejados cuando hay pastos más cercanos. Así, es frecuente que los pastos de las áreas cortafuegos se empleen de una manera ocasional e irregular –supeditada a la conveniencia del pastor–, lo que supone un riesgo de cara a obtener un control eficaz de la vegetación. Para evitarlo, resulta necesario poner estímulos para que se realice un pastoreo intenso en las áreas cortafuegos (como la implantación de puntos de agua o la mejora de los pastos) e incluso establecer un sistema contractual que supervise y remunere el pastoreo de las áreas cortafuegos, como se describe a continuación.
Principales apuestas
El pago por el servicio de pastoreo
Uno de los elementos clave para el correcto funcionamiento de la experiencia y, en general, para que el sistema de prevención de incendios con ganado sea efectivo, es que el pastor-ganadero ejecute verdaderamente el compromiso de pastoreo en las zonas estratégicas previstas en cada monte. Para incentivarlo, el grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”, a instancias de la Dirección General de Gestión del Medio Natural, ha formalizado un procedimiento de compensación económica para aquellos pastores cuya actuación se ajuste al compromiso acordado; esto constituye una importante apuesta por el futuro de este sistema de prevención. Como ya se ha argumentado anteriormente, la acción del ganado permite aumentar el tiempo entre desbroces mecánicos; de hecho, con esta labor, el ganadero está prestando un servicio al organismo encargado de la prevención de incendios. Por tanto, resulta lógico que sea remunerado por esa tarea, especialmente cuando su actuación redunda en un ahorro de los costes asociados al mantenimiento mediante desbroces periódicos. Para cada uno de los sitios de la RAPCA, el grupo de trabajo ha calculado la cantidad máxima a pagar al pastor, en función de la superficie asignada y las dificultades inherentes a ella, estimadas como una combinación del relieve, la distancia entre el aprisco y la zona de pastoreo, y la intensidad de rebrote de la vegetación de cada lugar. Para cumplir plenamente con sus objetivos, el sistema de pago se ha diseñado en forma de premio al trabajo bien realizado, y no como una ayuda a priori. La labor de cada pastor está sometida a un proceso de evaluación que, aún siendo permanente a lo largo del año, prioriza la medición del efecto del pastoreo a comienzos del verano, es decir, cuando comienza la época de mayor riesgo de incendios. Una evaluación negativa conlleva la anulación del pago por el servicio de pastoreo, mientras que la evaluación positiva lleva asociado un pago cuya cuantía es Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros proporcional al grado de cumplimiento del servicio, alcanzando la cantidad máxima a pagar únicamente cuando la satisfacción de los objetivos previstos ha sido completa5.


Los seguimientos técnico y científico
Una de las características principales de la RAPCA es que la acción del ganado en las áreas pasto-cortafuegos está sujeta a un seguimiento técnico y científico. Este hecho es causa y consecuencia de la participación en el programa del equipo de investigadores del CSIC, a quien la Consejería de Medio Ambiente encomendó valorar las posibilidades de implantación de este sistema de prevención en Andalucía, partiendo de la experiencia obtenida en Francia –el principal referente internacional en el tema– por una de las personas que lo integran. Al tratarse de una herramienta preventiva pionera en Andalucía, adquiere una gran relevancia la incorporación de un sistema de seguimiento que permita ajustar sus posibilidades de desarrollo en el contexto andaluz. Además, el sistema de pago a los pastores requiere una evaluación completa de su trabajo, por lo que los seguimientos se convierten en indispensables. Su diseño se describe a continuación. Por un lado, se encuentran los seguimientos técnicos, que deben ser realizados por personal técnico formado al respecto (agentes de medio ambiente u otro personal equivalente) con arreglo al protocolo establecido por el equipo científico.
Básicamente, se trata de realizar visitas periódicas a cada uno de los sitios de la RAPCA, en las que se recoge información relativa a los días de pastoreo realizados
por el pastor, se estima su efecto sobre la vegetación, se anotan los posibles daños sobre el arbolado, se valora la necesidad de realizar un desbroce mecánico complementario, etc. En particular, al inicio del verano, se realiza una visita más detallada y sistemática en la que se evalúa, mediante sencillos indicadores de campo, el efecto que ha tenido el ganado en el control de la vegetación de cada zona asignada a los pastores. Los datos recogidos en este momento son la base para la evaluación general que determinará el pago a realizar a los pastores.
Paralelamente, el equipo de investigación lleva a cabo una serie de seguimientos
científicos diseñados para estudiar, con detenimiento y rigurosidad, algunos de los factores clave en el funcionamiento del sistema. Estos seguimientos no se extienden a la totalidad de la RAPCA, sino que se centran en lugares representativos del conjunto que se pretende investigar. Entre las líneas abiertas hasta el momento destacamos:
• El empleo de arbustos forrajeros poco inflamables para su uso en áreas pasto-cortafuegos.
• La valoración de los efectos que sobre la biodiversidad tienen la apertura de áreas cortafuegos y su mantenimiento con el ganado.
• La medición detallada de la acumulación de combustibles en distintos escenarios de presión ganadera y tipo de vegetación.
• La efectividad de emplear sal o mejoras pastorales para estimular la presencia de herbívoros (silvestres y domésticos) en los cortafuegos.
5Pueden encontrarse más detalles al respecto de este pago en la comunicación realizada a esta misma conferencia y mesa de trabajo por Varela y otros.
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros
• La valoración económica de este sistema de gestión –incluyendo todas
sus externalidades– para compararlo con sus alternativas.
Tanto los seguimientos científicos como los técnicos se encuentran en sus fases
iniciales y generarán información útil para la gestión en los próximos años.

El futuro
La puesta en marcha del programa de prevención de incendios mediante pastoreo controlado en Andalucía coincide, aparentemente, con la llegada a un punto de inflexión en el histórico desencuentro que ha existido entre ganaderos y gestores forestales. Al tener que afrontar las consecuencias del despoblamiento rural y del abandono de los montes, muchos gestores demandan colaboración en el desarrollo de alternativas sostenibles y eficientes para la gestión del territorio. Por su parte, en el contexto de incertidumbre que genera la Política Agrícola Común (PAC), los ganaderos necesitan integrarse en programas y fórmulas que reconozcan la función agroambiental de su actividad; es decir, participar en actuaciones que les permitan acceder a nuevas ayudas y medidas de apoyo. En tal contexto nacional e internacional, este programa ofrece lugares de encuentro entre gestores y ganaderos, constituyendo una atractiva propuesta de colaboración y entendimiento para ambos. La experiencia mediterránea francesa, en la que este tipo de programas se vienen desarrollando desde 1986, muestra cómo los desencuentros han ido quedando atrás mientras este sistema de gestión se consolidaba. Los organismos forestales, agrícolas y de investigación trabajan de forma integrada, siendo los propios ganaderos quienes asumen buena parte de la responsabilidad de que el programa salga adelante. La existencia de entidades que trabajan estos temas de una manera transversal –tales como el CERPAM6, especializado en pastoralismo y gestión de espacios naturales–aporta dinamismo y funcionalidad al encuentro de las partes interesadas. En Andalucía, el futuro que tenga la RAPCA está ligado a la voluntad de consolidación que reciba como herramienta útil y eficiente en aquellos lugares donde sea posible aplicarla. Su extensión a otros montes puede ser relativamente sencilla, pero requerirá el fortalecimiento de la estructura organizativa que lo sostiene. Será indispensable disponer de instrumentos de financiación específicos y ajustados a sus características, siendo factible la incorporación de esta actividad a las actuales ayudas agroambientales de la PAC. Entretanto, su continuidad aún depende, en el plano de las decisiones políticas, del decidido apoyo medioambiental que hoy la sustenta; pero éste debe ser reforzado por el no menos importante compromiso de las instituciones y organizaciones agrarias, aún por llegar. El fortalecimiento de la estructura organizativa que sustenta el programa, antes demandado, podría requerir la ampliación de las funciones del grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”, que apenas ha dado sus primeros pasos. Para reforzar su representatividad, deberá ampliar su composición hacia el resto de las partes interesadas en una propuesta de carácter intersectorial como ésta, que colabora en la puesta en valor y el impulso del pastoralismo mediterráneo en Andalucía.
6 Pueden consultarse sus líneas de actuación en http://perso.orange.fr/.cerpam/index1.html
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros


SELVICULTURA PREVENTIVA


Selvicultura preventiva contra incendios forestales: control de vegetación mediante manejo de ganado extensivo sobre infraestructuras de defensa contra incendios en el Plan INFOCA
Fernando Carrasco Álvarez1, Manuel J. Merino Femenía2, Yago de Miguel García3

Resumen
En la actualidad, uno de los métodos de manejo de vegetación en la prevención de los incendios forestales es el que se realiza mediante pastoreo controlado para disminuir las cargas de combustible en el monte.
En este sentido, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a través del Centro Operativo Regional del Plan INFOCA, está desarrollando experiencias en terrenos forestales en algunos Parques Naturales. Los primeros resultados obtenidos se han valorado de forma satisfactoria.
Como punto inicial, se parte de un convenio firmado con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2003 para un estudio conjunto sobre experiencias de control de vegetación mediante ganado, y uno posterior en 2006 en el que se aplican los resultados conseguidos en el primero. Éstos desembocaron en una serie de acuerdos que han sido firmados este año con 16 ganaderos en distintas localizaciones de Andalucía. Mediante dichos convenios, los pastores perciben una cantidad económica por cumplir su misión de “desbrozadores” de la vegetación en las zonas indicadas por la Consejería de Medio Ambiente.
Además, la Consejería de Medio Ambiente participa en el proyecto europeo INTERREG IIIC-SUR: Proyecto PASTOMED-1, cuyo propósito es conocer mejor la evolución de las actividades pastorales, e intenta aplicar estos conocimientos a la prevención de incendios.
Introducción
La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía viene desarrollando experiencias de control de vegetación en terrenos forestales mediante el uso de ganadería extensiva para reducir la cantidad de combustible y, con ello, el riesgo de incendio. Primeramente, se comenzaron estas prácticas en montes de titularidad pública en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves.
1 Jefe del Departamento de Prevención de Incendios Forestales del Centro Operativo Regional del Plan INFOCA (fernando.carrasco@juntadeandalucia.es)
2 Técnico de la División de Incendios Forestales y Emergencias. EGMASA (mmerino@egmasa.es)
3 Técnico de Operaciones del Centro Operativo Regional del Plan INFOCA (yago.miguel.ext@juntadeandalucia.es)
Sesión—Selvicultura preventiva: pastoreo controlado en el INFOCA—Carrasco, Merino y de Miguel
Enmarcadas en las tareas impulsadas por el Centro Operativo Regional del Plan INFOCA, estas actuaciones han complementado las técnicas tradicionales de control de vegetación desarrolladas mediante el uso de maquinaria ligera o pesada.
Dicha Consejería, a través de la Empresa Pública EGMASA, acordó a través de un primer convenio firmado con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2003, la realización de una serie de pruebas de pastoreo, y eventualmente sobrepastoreo, en elementos cortafuegos dentro del marco de la selvicultura preventiva. Se planteó así la necesidad de estudiar, valorar y establecer técnicas de control de vegetación mediante el manejo de ganadería en régimen extensivo para el mantenimiento de líneas, fajas y áreas de defensa, y su viabilidad como uso complementario a los sistemas tradicionales.
Los resultados obtenidos del primer convenio sirvieron de base para desarrollar una metodología de actuación. Para su aplicación se firmó un segundo convenio en 2006, actualmente también en vigor, en el que se desarrollaba, mediante manejo ganadero, el mantenimiento de la red de cortafuegos de algunos Parques Naturales de la Comunidad Autónoma Andaluza.
Estado actual
Estas experiencias han derivado en la redacción y firma de convenios entre EGMASA y los ganaderos. La mayoría han sido firmados a nivel individual, pero también con agrupaciones de pastores, en los casos en que éstas existieran. Todos ellos hacen un total de 13 convenios, que corresponden a 16 pastores (tabla 1).
Tabla 1—Número de pastores acogidos al convenio por provincias
Almería
1
Cádiz
1
Granada
4
Málaga
10
Total
16

Éstos se encuentran en los Parques Naturales de Sierra de las Nieves (Málaga), de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (Granada y Málaga), de Sierra Nevada (Almería y Granada) y de los Alcornocales (Cádiz).
En estos acuerdos, se estipula una compensación económica a dichos pastores por el traslado del ganado a las zonas cortafuegos, ejerciendo sobre ellas la acción de pastoreo. El objetivo que se pretende es el de mantenerlas con una cantidad aceptable de vegetación, a efectos de propagación de incendios. La definición de las zonas aptas para el pastoreo se ha determinado de acuerdo a las indicaciones de la Delegación Provincial correspondiente, y los trabajos previos de desbroce mecanizado allí donde fuese necesario se han incluido en la programación de los Trabajos Preventivos del dispositivo INFOCA.
Los criterios empleados en la selección de las zonas destinadas al desarrollo de las actuaciones de pastoreo han sido los siguientes:
-Existencia de aprovechamiento de pastos en los montes objeto de las experiencias
-Compromiso de los pastores en la labor a desarrollar
Sesión—Selvicultura preventiva: pastoreo controlado en el INFOCA—Carrasco, Merino y de Miguel
-Adicionalmente a estos criterios, se han valorado factores como la ubicación de los montes en Parques Naturales, proximidad física de cabañas ganaderas a los montes y existencia de razas autóctonas en peligro de extinción susceptibles de ser potenciadas.
El proceso seguido para la selección de los pastores y la ubicación de las zonas objeto de estas experiencias ha requerido dedicación exclusiva de personal. Concretamente, han participado para las fases de contacto, selección y seguimiento de ganaderos y la verificación de las zonas de pastoreo, dos técnicos contratados al efecto, además de personal adscrito a las Delegaciones Provinciales de Cádiz, Málaga y Granada, así como perteneciente a la empresa pública EGMASA.
Como consecuencia de este esfuerzo, se seleccionaron unos territorios que cumplen las características determinadas anteriormente y pastores asignados a los mismos. Estos territorios constituyen la superficie pastoreada en convenio (tabla 2).
Tabla 2—Superficie pastoreada en convenio (has.)
Almería
36,8
Cádiz
80,1
Granada
236,9
Málaga
468,6
Total
822,4

La distribución del tipo de ganado que actualmente está pastoreando bajo los convenios descritos se reparte en cuatro provincias (tabla 3).
Tabla 3—Distribución de las cabezas de ganado acogido al convenio
Distribución tipo ganado
Caprino
Ovino
Bovino
Total
Almería
215
0
0
215
Cádiz
170
0
0
170
Granada
399
1.751
29
2.179
Málaga
1.540
2.710
16
4.266
Total general
2.324
4.461
45
6.830

La prestación económica a la labor realizada por los pastores, se determina en función de una serie de parámetros establecidos para cada unidad ambiental objeto de actuación. Son analizados individualmente para cada caso y previo al inicio de la acción del ganado, siendo los siguientes:
-Distancia desde el aprisco hasta el lugar de pastoreo
-Pendiente media en las zonas de actuación del ganado
-Vegetación existente
Para cada zona, se valoran los anteriores parámetros mediante las siguientes escalas, correspondiendo a cada una de ellas un coeficiente (tabla 4).
Sesión—Selvicultura preventiva: pastoreo controlado en el INFOCA—Carrasco, Merino y de Miguel
Tabla 4—Valoración de los parámetros de las zonas de pastoreo, previo al mismo
Distancia desde el aprisco hasta el lugar de pastoreo
Distancia menor de 1,5 km
Distancia entre 1,5 km y 2,5 km
Distancia mayor de 2,5 km
Coeficiente 1
0
0,5
1
Pendiente en las zonas de actuación del ganado
Zonas con pendiente media inferior al 20 pct
Zonas con pendiente media comprendida entre el 20 y el 40 pct
Zonas con pendiente media superior al 40 pct
Coeficiente 2
0
0,5
1
Vegetación existente
Vegetación herbácea: pasto bajo y gramíneas.
Leñosas: matas, matorrales y en general, monte.
Rebrotes del estrato arbóreo y pujante respuesta del matorral.
Coeficiente 3
0
0,75
1

La valoración de la actuación del ganado y la evolución real del control sobre la vegetación, se efectúa en varias épocas del año, resultando consecuentemente un grado de cumplimiento de los objetivos.
Se entiende como cumplimiento completo de los objetivos de pastoreo en las áreas y líneas cortafuegos del monte, la actuación que reúna las siguientes características:
-consumo superior al 90 por ciento de la producción herbácea anual.
-consumo superior al 75 por ciento de la producción arbustiva anual.
En su caso, en función de un grado de cumplimiento parcial, se aplica el porcentaje correspondiente:
-cumplimiento alto (se alcanza el 100 por ciento de los objetivos anteriores)
-cumplimiento medio (se alcanza el 75 por ciento de los objetivos anteriores)
-cumplimiento bajo (se alcanza el 50 por ciento de los objetivos anteriores)
-cumplimiento nulo (no se alcanza el 50 por ciento de los objetivos anteriores)
A partir de los resultados de esta evaluación, puede calcularse el grado de cumplimiento global de los objetivos de pastoreo como la media (ponderada por la superficie) del porcentaje de objetivos alcanzados en las áreas asignadas al pastor.
Esta evaluación será llevada a cabo por personal adscrito a los convenios entre EGMASA y el CSIC, con el visto bueno final del Centro Operativo Regional del Plan INFOCA.
De ésta valoración sobre el terreno, se determina la consecución real de las prestaciones económicas del ganadero, haciéndose efectivo el importe al final del convenio establecido.
Para la consecución de los objetivos propuestos se han realizado inversiones por parte de la Consejería de Medio Ambiente destinadas al seguimiento de los pastores, así como de mejora y adecuación de las infraestructuras y explotaciones ganaderas. Cabría destacar la reparación de apriscos, instalación de cerramientos de protección
Sesión—Selvicultura preventiva: pastoreo controlado en el INFOCA—Carrasco, Merino y de Miguel
de la vegetación, tratamientos previos de la vegetación, mejora de caminos, adecuación de abrevaderos, entre otros.
Como complemento a estas actuaciones desarrolladas en el territorio andaluz, destaca la participación de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en el Proyecto europeo INTERREG IIIC-SUR: Proyecto PASTOMED-1, cuyo propósito es conocer mejor la evolución de las actividades pastorales, e intercambiar y seguir los trabajos que se llevan a cabo en diferentes regiones de la cuenca mediterránea. Además de la capacidad de eliminación de combustible vegetal en el monte, con lo que ello supone en la prevención contra incendios, se potencia el pastoreo como papel socioeconómico en zonas marginales, preservación medioambiental y paisajística, y conservación de la biodiversidad. Además de Andalucía, las otras regiones que actualmente constituyen este Proyecto son: Alentejo y Entre Douro e Minho (Portugal), Abruzzo y Cerdeña (Italia), Languedoc–Rousillon y PACA (Francia) e Ipeiros (Grecia).
Perspectivas
Actualmente, se están desarrollando las gestiones adecuadas para ampliar y extrapolar las experiencias iniciadas en Parques Naturales de las provincias de Cádiz, Granada, Málaga y Almería. Así se está trabajando en la localización y determinación de pastores en otras zonas para la realización de la actividad de pastoreo extensivo sobre infraestructuras contra incendios forestales para su mantenimiento, así como del personal de seguimiento correspondiente.
Con los convenios actuales firmados y si se consiguen plenamente sus objetivos, se incrementaría aproximadamente en un 5 por ciento la superficie total de actuación en cortafuegos en montes públicos. Por su parte, aplicando el incremento de pastores citado en el párrafo anterior, sería un objetivo alcanzable a medio plazo, un aumento de un 10 por ciento aproximadamente de la actual superficie mantenida.
Adicionalmente, se están analizando los costes que este tipo de selvicultura preventiva suponen para un modelo de gestión en el mantenimiento de las infraestructuras de defensa contra incendios, en comparación con los sistemas tradicionales mecanizado y manual. Se estudia así la viabilidad para transformar sistemas principalmente lineales en sistemas de vegetación abierta multiespecífica.
Se cuenta con el apoyo institucional necesario para este tipo de iniciativas y conforme se refuerce el conocimiento de experiencias similares en el ámbito europeo, se confía que estas experiencias se generalicen en el ámbito de la selvicultura preventiva en Andalucía.
Referencias bibliográficas
Texto del Convenio de colaboración entre la empresa pública EGMASA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): “Estudio de las áreas cortafuegos como experiencia de selvicultura preventiva en los espacios forestales y agroforestales mediterráneos”. 2003.
Texto del Convenio de colaboración entre la empresa pública EGMASA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): “Estudio y seguimiento de la red de cortafuegos en los Parques Naturales de Sierra Nevada, Los Alcornocales y Sierra de las Nieves”. 2006.
Sesión—Selvicultura preventiva: pastoreo controlado en el INFOCA—Carrasco, Merino y de Miguel
Texto de Convenios de colaboración entre la empresa pública EGMASA y ganaderos respectivos. 2007.
Informes de tratamientos preventivos realizados por el dispositivo INFOCA. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.
Proyectos de tratamientos preventivos ejecutados por el dispositivo INFOCA. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.

EL PASTOREO EN ANDALUCIA

La prevención de incendios forestales
mediante pastoreo controlado: el estado del
arte en Andalucía
Jabier Ruiz-Mirazo, Ana Belén Robles Cruz, Rogelio Jiménez
Piano, José Luis Martínez Moya, José López Quintanilla y José
Luis González Rebollar1
Resumen
En la actualidad nos encontramos con un entorno forestal muy propenso a los incendios, en el
que los medios de extinción están alcanzando techos de efectividad. Resulta, por tanto, indispensable incrementar la atención hacia aquellas labores preventivas que colaboren a
disminuir los riesgos y a facilitar las tareas de extinción. En tal sentido, viene proponiéndose en diversos foros nacionales e internacionales la integración de actividades planificadas de pastoreo en la prevención de los incendios, como una herramienta complementaria más. El pastoreo controlado en áreas pasto-cortafuegos constituye una práctica agraria sostenible, en la que el ganado colabora a reducir los riesgos de incendio y cumple una función ecológica importante en el monte mediterráneo. Además, su incorporación al conjunto de herramientas de manejo del monte estimula la vigilancia y el interés de la población local por la conservación del mismo, fomentando el trabajo coordinado entre técnicos y ganaderos, lo que refuerza la prevención social de los incendios. Mediante la creación del grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”, integrado por profesionales de distintos sectores, la Junta de Andalucía ensaya desde el año 2005 la utilización del pastoreo como sistema complementario de prevención de incendios. Lo hace en 16 montes de las provincias de Almería, Granada, Málaga y Cádiz, alcanzando una superficie de actuación próxima a las 800 ha. En cada monte se planifican las actividades de pastoreo y se evalúan sus efectos desde un punto de vista técnico y científico. Para estimular la labor de los pastores, formalizar su participación y retribuirla, se ha establecido una remuneración económica ajustada a los compromisos y circunstancias de cada lugar. La puesta en marcha de este sistema de gestión presenta ciertas dificultades y limitaciones, de las que exponemos ejemplos. Esta comunicación, en su parte final, recoge también algunas ideas sobre el futuro de este programa en Andalucía.
Introducción
Los incendios forestales son el problema ambiental que mayor preocupación suscita en la sociedad andaluza, situándose por delante, incluso, de la falta de agua
(IESA/CSIC 2006). En correspondencia con este hecho, es el ámbito que mayor atención e inversión recibe entre las actividades de gestión y conservación de los montes. Los incrementos presupuestarios destinados a ampliar los medios de 1 Miembros del grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”. Contacto: Jabier Ruiz Mirazo Investigador predoctoral. Grupo de Pastos y Sistemas Silvopastorales Mediterráneos.
Estación Experimental del Zaidín, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZ-CSIC) CIFA-IFAPA, Camino de Purchil s/n, E-18080 Granada. España.
Correo-e: jabier.ruiz@eez.csic.es Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros detección y extinción han permitido obtener una notable reducción de la superficie afectada por los incendios en España. Sin embargo, el porcentaje medio de superficie forestal que arde anualmente se aproxima al 0,54 por ciento, una cifra que, siendo sensiblemente inferior a la de otros países de nuestro entorno2, aún está alejada del objetivo del 0,3 por ciento marcado por el vigente Plan Forestal Español.
Hoy en día, cuando la efectividad de los medios de extinción se encuentra próxima a su límite, las posibilidades de continuar reduciendo el impacto de los incendios forestales pasan por la adopción de estrategias preventivas que minimicen los riesgos. El Plan INFOCA de la Junta de Andalucía ha realizado una apuesta en este sentido, destinando el 53,6 por ciento de su presupuesto del año 2007 a tareas preventivas. La prevención de incendios debe conjugar, al menos, dos perspectivas complementarias. Por un lado, debe ampliarse y mantenerse operativa la red de cortafuegos y áreas cortafuegos. Y por otro, debe impulsarse la prevención social, que colabore a reducir las negligencias y los conflictos socio-económicos subyacentes a la frecuente ocurrencia de incendios. No es ocioso destacar que apenas un cinco por ciento de los incendios tiene un origen natural. Respondiendo a este convencimiento, en multitud de foros nacionales e internacionales se aboga por el empleo del pastoreo en los montes como una herramienta preventiva más (González-Rebollar y otros 1999, Rigueiro y otros 2005)3. El aprovechamiento ganadero del monte reduce la carga de combustibles y disminuye los costes de mantenimiento de áreas cortafuegos, pero sus efectos van mucho más allá. Si tomamos en consideración que las quemas de pastos intencionadas son la principal causa de incendios en el monte (Martínez y Martín 2004), es fácil entender que la incorporación planificada de las actividades ganaderas en la gestión del espacio forestal es una alternativa importante en la prevención social de incendios. De hecho, este sistema corresponsabiliza a las poblaciones locales en la gestión de su propio entorno rural, identificándose como una práctica agraria ambientalmente sostenible; es decir, una actividad muy en consonancia con los actuales objetivos de la Unión Europea. Adicionalmente, el aprovechamiento ganadero es un elemento clave en la revalorización y gestión multifuncional de los montes, y particularmente lo es del monte mediterráneo, que apenas tiene aprovechamiento maderero y se encuentra sumido en un progresivo proceso de abandono.
Desde un punto de vista ecológico, la herbivoría intensa está considerada como un elemento propio y muy necesario en los ecosistemas mediterráneos (Perevolotsky y Seligman 1998). La acción de grandes herbívoros gregarios es una dinámica que ha estado presente en la evolución de este medio, provocando multitud de adaptaciones endo y exozoócoras, y relaciones de mutualismo entre plantas y animales (Ramos y otros 2006). El pastoreo en áreas cortafuegos se muestra, por tanto, como una herramienta útil en la prevención de incendios, al tiempo que ofrece externalidades ambientales y sociales muy positivas, lo que lo convierte, en definitiva, en un valioso sistema de gestión del territorio.
2 Pueden consultarse estas estadísticas en http://www.incendiosforestales.org
3 También quedó recogido en las conclusiones del III Forum Mundial de Pastores, que pueden
encontrarse en: http://www.artzainmundua.net
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros


Situación actual en Andalucía
El grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”
La Junta de Andalucía financia, desde el año 2003, la realización de estudios científicos sobre las posibilidades y limitaciones que tiene el uso ganadero de las áreas pasto-cortafuegos. Con la intención de realizar una experiencia más amplia que impulsara este sistema de gestión en Andalucía, en el año 2005 se crea el grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”.
El grupo está constituido por un conjunto diverso de profesionales que participan, desde su ámbito, en el desarrollo de esta propuesta. Entre ellos se encuentran pastores y ganaderos cuyos rebaños aprovechan las áreas pastocortafuegos, técnicos forestales y agentes de medio ambiente con competencias en la gestión y defensa de los espacios naturales, personal especializado en la prevención de incendios de la Empresa de Gestión Medioambiental EGMASA, así como un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La red de áreas pasto-cortafuegos de Andalucía
La Red de Áreas Pasto-Cortafuegos de Andalucía (RAPCA) está formada por un conjunto de cortafuegos y áreas cortafuegos que tienen un mantenimiento basado en un uso ganadero controlado, cuyo resultado está sujeto a un seguimiento técnicocientífico. Se extiende por las provincias de Cádiz, Málaga, Granada y Almería, ubicándose preferentemente en los espacios naturales protegidos de Sierra de las Nieves, Sierra Nevada, Los Alcornocales y Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (fig. 1).
Figura 1—Espacios naturales protegidos en la Red de Áreas Pasto-Cortafuegos
El programa incluye un total de 12 municipios y 16 montes, tanto de propiedad municipal como pertenecientes a la Junta de Andalucía. Para cada monte (o grupo de montes, si es que varios pertenecen a la misma unidad de gestión) se ha seleccionado Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros un pastor (o varios, si trabajan juntos) dispuesto a participar en la experiencia. La superficie de los cortafuegos y áreas cortafuegos bajo pastoreo controlado que están integrados en la RAPCA alcanza un total de 791,4 ha (tabla 1). Tabla 1—La red de áreas pasto-cortafuegos: localización y superficies de pastoreo.
Localidad Montes Superficie de pastoreo
Provincia de Cádiz
Los Barrios La Teja; Mogea Luenga 80,1 ha
Provincia de Málaga
Parauta Las Conejeras y Madroñales; Montes de Parauta 51,0 ha
Ronda Los Quejigales 21,1 ha
Ronda El Peñón y La Parra 69,6 ha
El Burgo La Ventilla 75,7 ha
Yunquera Pinar de Yunquera; Morenas de Briñuelas 60,4 ha
Alcaucín Cortijo del Alcázar 99,8 ha
Salares Sierra y Pinar 59,9 ha
Provincia de Granada
Lanjarón Vertiente Sur de Sierra Nevada 35,1 ha
La Tahá El Coto de la Tahá 52,0 ha
Aldeire Monte del Pueblo de Aldeire 110,2 ha
Guadix Cortijo Conejo y Albarrán 39,7 ha
Provincia de Almería
Laujar de Andarax Sierra Nevada de Laujar 36,8 ha
En cada monte se han valorado las condiciones fisiográficas y de vegetación, sus usos e infraestructuras pastorales, así como la extensión y el estado de conservación de las estructuras de prevención de incendios. Merced a tales criterios, en cada monte se han seleccionado los lugares más adecuados para desarrollar un pastoreo intensivo controlado, delimitándose las zonas de actuación tal y como se muestra en el ejemplo correspondiente al municipio de Laujar de Andarax (fig. 2). Estas zonas demarcadas son, con carácter general, una fracción del conjunto de cortafuegos que contiene el monte. El pastoreo que se planifica en ellas es intensivo, al ser zonas estratégicas en las que la reducción de la carga de combustibles es la prioridad. Sin embargo, las actividades de pastoreo no se limitan a estos espacios. Para que la integración del ganado en la prevención de incendios sea posible y viable, resulta necesario contar con otras zonas de refuerzo, en las que el ganadero encuentre pastos complementarios disponibles. A diferencia de las anteriores, en estas zonas de refuerzo la carga ganadera aplicada debe ajustarse a la capacidad sustentadora del monte, respetando el desarrollo y regeneración de la vegetación. Este uso ganadero del monte crea un gradiente en la intensidad de pastoreo que, idealmente, configura el siguiente mosaico de situaciones: i) Zonas de pastoreo restringido o nulo, en los tramos en regeneración o en las zonas con especies protegidas sensibles a la herbivoría; ii) Zonas de refuerzo, en las que la presión de pastoreo es intermedia; y iii) Zonas estratégicas, con las elevadas cargas ganaderas necesarias para minimizar la carga de combustibles en las estructuras de defensa frente a incendios.
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros
Figura 2—Ejemplo de cartografía de las zonas de pastoreo intensivo y controlado
En todo caso, el mantenimiento de las áreas cortafuegos con ganado no implica
que desaparezcan los desbroces mecánicos en ellas. Las elevadas cargas ganaderas
limitan, pero no detienen, el desarrollo de la vegetación y, por tanto, la acumulación de combustibles. Ello permite distanciar en el tiempo las intervenciones mecánicas, si bien no eliminarlas completamente.
Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros
Esta forma de implicar el aprovechamiento ganadero en la gestión integral y preventiva del monte hace recomendable disponer de vallados para concentrar a los animales en las zonas estratégicas, o bien que el ganado sea guiado por un pastor. En el proceso de selección de lugares en los que trabajar, el grupo “Pastores por el monte mediterráneo” ha optado expresamente por la segunda opción, debido a las ventajas que ofrece el contar con los pastores vocacionales más ligados al territorio y comprometidos con la labor preventiva de incendios. A consecuencia de ello, en la RAPCA domina claramente el ganado menor frente al mayor, con un total aproximado de 3260 ovejas y 1940 cabras distribuidas por 15 montes. El ganado vacuno es prácticamente testimonial, con 16 vacas que pastorean uno de los montes.
Dificultades y limitaciones
Este sistema de prevención está ofreciendo resultados sólidos, si bien su puesta en marcha no ha estado exenta de demoras y dificultades. Recogemos aquí algunas de
las más importantes que han ido surgiendo hasta el momento.
En primer lugar, nos encontramos ante un sistema de gestión novedoso en Andalucía, por lo que son muy pocas las experiencias locales anteriores en las que basarse, que se reducen a las desarrolladas, de forma puntual, por los firmantes de esta comunicación en Granada y Málaga. De hecho, el único modelo que puede tomarse como referente es el francés4, que aporta veinte años de experiencias en la aplicación de este sistema, pero desde un entorno muy alejado del contexto económico y social andaluz. El mantenimiento de las áreas cortafuegos con ganado no es una técnica generalizable a todos los montes, sino una herramienta más en los programas de prevención de incendios, pudiéndola utilizar en aquellos lugares que reúnan condiciones apropiadas para ello. Por ejemplo, podría ser contraproducente en lugares donde haya conflictos entre ganaderos, crítica (al menos temporalmente) en zonas objeto de regeneración, positiva o negativa (según se maneje) en zonas con flora protegida, e incluso imposible, si no se dispone de pastores de confianza y de infraestructuras que posibiliten la planificación efectiva de los usos pastorales. Por el momento no ha habido dificultades para encontrar pastores adecuados e interesados en colaborar, si bien se constata que el oficio decrece, mientras proliferan explotaciones cada vez más intensivas y desligadas del territorio. No es frecuente el reemplazo por las generaciones más jóvenes, que no perciben el oficio como una profesión atractiva, tanto laboral como económicamente. En algunos montes no existen las infraestructuras necesarias para el uso ganadero, tales como apriscos y puntos de agua en buenas condiciones o pistas de acceso bien conservadas. En tales casos sólo una apuesta decidida por dotar al monte de estas infraestructuras permitiría incorporar el pastoreo entre las herramientas preventivas. Lo contrario sólo generaría retrasos y dificultades notables para el buen funcionamiento del sistema. El uso que hacen los pastores de los montes ha estado históricamente condicionado a las decisiones tomadas por los gestores forestales, frecuentemente opuestas a las deseadas por el colectivo de ganaderos. Así, aún hoy en día se percibe
4 Puede consultarse una revisión de su trayectoria en el documento disponible en el siguiente sitio web: http://www.edition-cardere.fr/extraits/RCC11.pdf
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una falta de entendimiento entre los pastores y los gestores y agentes de medio ambiente, lo que representa una dificultad para el desarrollo de una propuesta como ésta, que obliga al buen entendimiento de unos y otros. Sin embargo, el hecho de que este sistema se esté impulsando desde la Dirección General de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente y de que cuente con la participación de sus gestores forestales y de técnicos especialistas de EGMASA indica que se camina en la buena dirección para la superación de este artificioso conflicto. El trabajar con pastores y ganaderos presenta múltiples connotaciones positivas (como ya se ha destacado anteriormente), pero es una dificultad inherente a este sistema de prevención. Los pastores optimizan su gestión ganadera, de tal forma que es frecuente que dejen pastar a los animales libremente (con el ahorro de costes de personal que conlleva) o que eviten acudir a lugares alejados cuando hay pastos más cercanos. Así, es frecuente que los pastos de las áreas cortafuegos se empleen de una manera ocasional e irregular –supeditada a la conveniencia del pastor–, lo que supone un riesgo de cara a obtener un control eficaz de la vegetación. Para evitarlo, resulta necesario poner estímulos para que se realice un pastoreo intenso en las áreas cortafuegos (como la implantación de puntos de agua o la mejora de los pastos) e incluso establecer un sistema contractual que supervise y remunere el pastoreo de las áreas cortafuegos, como se describe a continuación.
Principales apuestas
El pago por el servicio de pastoreo
Uno de los elementos clave para el correcto funcionamiento de la experiencia y, en general, para que el sistema de prevención de incendios con ganado sea efectivo, es que el pastor-ganadero ejecute verdaderamente el compromiso de pastoreo en las zonas estratégicas previstas en cada monte. Para incentivarlo, el grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”, a instancias de la Dirección General de Gestión del Medio Natural, ha formalizado un procedimiento de compensación económica para aquellos pastores cuya actuación se ajuste al compromiso acordado; esto constituye una importante apuesta por el futuro de este sistema de prevención. Como ya se ha argumentado anteriormente, la acción del ganado permite aumentar el tiempo entre desbroces mecánicos; de hecho, con esta labor, el ganadero está prestando un servicio al organismo encargado de la prevención de incendios. Por tanto, resulta lógico que sea remunerado por esa tarea, especialmente cuando su actuación redunda en un ahorro de los costes asociados al mantenimiento mediante desbroces periódicos. Para cada uno de los sitios de la RAPCA, el grupo de trabajo ha calculado la cantidad máxima a pagar al pastor, en función de la superficie asignada y las dificultades inherentes a ella, estimadas como una combinación del relieve, la distancia entre el aprisco y la zona de pastoreo, y la intensidad de rebrote de la vegetación de cada lugar. Para cumplir plenamente con sus objetivos, el sistema de pago se ha diseñado en forma de premio al trabajo bien realizado, y no como una ayuda a priori. La labor de cada pastor está sometida a un proceso de evaluación que, aún siendo permanente a lo largo del año, prioriza la medición del efecto del pastoreo a comienzos del verano, es decir, cuando comienza la época de mayor riesgo de incendios. Una evaluación negativa conlleva la anulación del pago por el servicio de pastoreo, mientras que la evaluación positiva lleva asociado un pago cuya cuantía es Sesión 3—Prevención mediante pastoreo controlado en Andalucía—Ruiz-Mirazo y otros proporcional al grado de cumplimiento del servicio, alcanzando la cantidad máxima a pagar únicamente cuando la satisfacción de los objetivos previstos ha sido completa5.


Los seguimientos técnico y científico
Una de las características principales de la RAPCA es que la acción del ganado en las áreas pasto-cortafuegos está sujeta a un seguimiento técnico y científico. Este hecho es causa y consecuencia de la participación en el programa del equipo de investigadores del CSIC, a quien la Consejería de Medio Ambiente encomendó valorar las posibilidades de implantación de este sistema de prevención en Andalucía, partiendo de la experiencia obtenida en Francia –el principal referente internacional en el tema– por una de las personas que lo integran. Al tratarse de una herramienta preventiva pionera en Andalucía, adquiere una gran relevancia la incorporación de un sistema de seguimiento que permita ajustar sus posibilidades de desarrollo en el contexto andaluz. Además, el sistema de pago a los pastores requiere una evaluación completa de su trabajo, por lo que los seguimientos se convierten en indispensables. Su diseño se describe a continuación. Por un lado, se encuentran los seguimientos técnicos, que deben ser realizados por personal técnico formado al respecto (agentes de medio ambiente u otro personal equivalente) con arreglo al protocolo establecido por el equipo científico.
Básicamente, se trata de realizar visitas periódicas a cada uno de los sitios de la RAPCA, en las que se recoge información relativa a los días de pastoreo realizados
por el pastor, se estima su efecto sobre la vegetación, se anotan los posibles daños sobre el arbolado, se valora la necesidad de realizar un desbroce mecánico complementario, etc. En particular, al inicio del verano, se realiza una visita más detallada y sistemática en la que se evalúa, mediante sencillos indicadores de campo, el efecto que ha tenido el ganado en el control de la vegetación de cada zona asignada a los pastores. Los datos recogidos en este momento son la base para la evaluación general que determinará el pago a realizar a los pastores.
Paralelamente, el equipo de investigación lleva a cabo una serie de seguimientos
científicos diseñados para estudiar, con detenimiento y rigurosidad, algunos de los factores clave en el funcionamiento del sistema. Estos seguimientos no se extienden a la totalidad de la RAPCA, sino que se centran en lugares representativos del conjunto que se pretende investigar. Entre las líneas abiertas hasta el momento destacamos:
• El empleo de arbustos forrajeros poco inflamables para su uso en áreas pasto-cortafuegos.
• La valoración de los efectos que sobre la biodiversidad tienen la apertura de áreas cortafuegos y su mantenimiento con el ganado.
• La medición detallada de la acumulación de combustibles en distintos escenarios de presión ganadera y tipo de vegetación.
• La efectividad de emplear sal o mejoras pastorales para estimular la presencia de herbívoros (silvestres y domésticos) en los cortafuegos.
5Pueden encontrarse más detalles al respecto de este pago en la comunicación realizada a esta misma conferencia y mesa de trabajo por Varela y otros.
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• La valoración económica de este sistema de gestión –incluyendo todas
sus externalidades– para compararlo con sus alternativas.
Tanto los seguimientos científicos como los técnicos se encuentran en sus fases
iniciales y generarán información útil para la gestión en los próximos años.

El futuro
La puesta en marcha del programa de prevención de incendios mediante pastoreo controlado en Andalucía coincide, aparentemente, con la llegada a un punto de inflexión en el histórico desencuentro que ha existido entre ganaderos y gestores forestales. Al tener que afrontar las consecuencias del despoblamiento rural y del abandono de los montes, muchos gestores demandan colaboración en el desarrollo de alternativas sostenibles y eficientes para la gestión del territorio. Por su parte, en el contexto de incertidumbre que genera la Política Agrícola Común (PAC), los
ganaderos necesitan integrarse en programas y fórmulas que reconozcan la función agroambiental de su actividad; es decir, participar en actuaciones que les permitan acceder a nuevas ayudas y medidas de apoyo. En tal contexto nacional e
internacional, este programa ofrece lugares de encuentro entre gestores y ganaderos, constituyendo una atractiva propuesta de colaboración y entendimiento para ambos. La experiencia mediterránea francesa, en la que este tipo de programas se vienen desarrollando desde 1986, muestra cómo los desencuentros han ido quedando atrás mientras este sistema de gestión se consolidaba. Los organismos forestales, agrícolas y de investigación trabajan de forma integrada, siendo los propios ganaderos quienes asumen buena parte de la responsabilidad de que el programa salga adelante. La existencia de entidades que trabajan estos temas de una manera transversal –tales como el CERPAM6, especializado en pastoralismo y gestión de espacios naturales–aporta dinamismo y funcionalidad al encuentro de las partes interesadas. En Andalucía, el futuro que tenga la RAPCA está ligado a la voluntad de consolidación que reciba como herramienta útil y eficiente en aquellos lugares donde sea posible aplicarla. Su extensión a otros montes puede ser relativamente sencilla, pero requerirá el fortalecimiento de la estructura organizativa que lo sostiene. Será indispensable disponer de instrumentos de financiación específicos y ajustados a sus características, siendo factible la incorporación de esta actividad a las actuales ayudas agroambientales de la PAC. Entretanto, su continuidad aún depende, en el plano de las decisiones políticas, del decidido apoyo medioambiental que hoy la sustenta; pero éste debe ser reforzado por el no menos importante compromiso de las instituciones y organizaciones agrarias, aún por llegar. El fortalecimiento de la estructura organizativa que sustenta el programa, antes demandado, podría requerir la ampliación de las funciones del grupo de trabajo “Pastores por el monte mediterráneo”, que apenas ha dado sus primeros pasos. Para reforzar su representatividad, deberá ampliar su composición hacia el resto de las partes interesadas en una propuesta de carácter intersectorial como ésta, que colabora en la puesta en valor y el impulso del pastoralismo mediterráneo en Andalucía.
6 Pueden consultarse sus líneas de actuación en http://perso.orange.fr/.cerpam/index1.html
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